El Museo de Arte Moderno de Bogotá realizó su tradicional Gala Mambo, bajo el nombre “El Quinto Elemento”, un evento que ya suma seis ediciones y se hace con el fin de recaudar fondos y promover el arte contemporáneo en Bogotá, Colombia y Latinoamérica.
La ocasión también reconoce el trabajo de grandes gestores culturales, como es el caso de Claudia Hakim, quien fuera directora por ocho años del Mambo y ahora recibe el premio a la filantropía, junto a su esposo, el arquitecto Nayib Neme.
En diálogo con este medio, Hakim habló del merecido premio, de su paso por el museo y de sus proyectos futuros, ahora como artista y escultora.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significa para usted el Premio Mambo a la Filantropía?
CLAUDIA HAKIM: El Premio lo creó el Museo de Arte Moderno cuando cumplió 55 años, en el 2017, porque quisimos reconocer a la gente que ha apoyado la cultura, que ha ayudado de diferentes maneras desde la parte privada al museo. Este año ya es el sexto Premio Mambo a la Filantropía y creo que las personas a las que hemos reconocido han aportado de muchas maneras a la cultura, no necesariamente al museo, sino a la cultura en general a Colombia.
En mi caso, para mí es un honor y una gran sorpresa, porque nunca me imaginé que esto me fuera a llegar a mí en algún momento y en este caso es doble porque también lo va a recibir Nayib Neme, mi esposo, entonces ha sido como un gran cambio en el formato. Estamos muy emocionados realmente de que este premio llegue a nosotros y lo que siempre hemos dicho es que hay trabajar en lo que nos gusta, realmente lo que hacemos con el arte y la cultura es algo que nos emociona, es por lo que nos levantamos todos los días con ilusión, con ganas, lógicamente lleno de tropiezos y más en la cultura que tiene sus temas económicos para poder abrirse paso, lo positivo de todo esto es que a través de la cultura se pueden hacer grandes transformación, pero eso es una lucha diaria.
ENS: Toda su vida ha estado trabajando en la cultura, ¿cómo ha sido el reto de mantenerse activa?
CH: Bueno, yo estudié diseño textil en la Universidad de los Andes; estuve ejerciendo en la industria por mucho tiempo, después entré a la misma universidad a dar clases unos años, esa parte de transmitir lo que uno sabe siempre me ha encantado y por eso creé unos talleres de escultura. Una de las cosas que más me han gustado es que el textil es un material blando; luego me pasé al metal, porque siendo una fibra dura, al tejerlo se siente como si fuera también blando, pero realmente es muy pesado. Estando en este proceso creamos un espacio que se llama NC Arte, allí ya vamos a cumplir 15 años, donde invitamos a artistas a intervenir el espacio, de alguna manera escultórica, no es una galería de arte en el sentido de utilizar las paredes. Invitamos generalmente a artistas de afuera para que hagan aquí sus propuestas y ya con el tiempo tenemos más colombianos interviniendo el espacio.
Luego, entré al museo con muchas expectativas, fueron ocho años, una etapa muy feliz de mi vida. Pero, como yo digo, la vida no es eterna y uno tiene que hacer lo que le gusta muchas veces y va dejando cosas a un lado y creo que esto es lo mío, volver a trabajar en mi taller y activarme nuevamente, vincularme a NC Arte y a un espacio que abrimos en noviembre pasado que se llama NC Diseño, donde exponen artistas, lo que llamamos arte con función, ya llevamos la segunda exposición y creemos que es un lugar donde hay que darle al diseño esta visión de arte y exponerlo al público. Ahora me dedico a este proyecto personal.
ENS: ¿Cómo se siente con este cambio de roles?
CH: Me dio duro la salida del museo, fue como un duelo largo, porque lo quiero mucho, la gente fue muy especial conmigo, hicimos un buen equipo. Creo que el museo ya creó su propia marca, la gente ama el Mambo, es muy visitado y eso se refleja a diario. A mí en algún momento me preguntaban: '¿Usted cuándo sintió que cumplió lo que quería hacer?'. Y lógicamente a veces uno no cumple lo que se quiere, pero sí decía que cuando las filas de los visitantes daban la vuelta al museo se lograba lo propuesto y eso sucedió muchas veces.
ENS: Ahora que usted está en otra faceta, como artista, ¿cómo ve el papel del Estado en la ejecución de proyectos culturales en los museos?
CH: Uno siempre quiere más. Yo sé que el Estado hace el esfuerzo y creo que el presupuesto de este año es tal vez el más alto que tiene el Ministerio de Cultura y es que la repartición es muy grande. Uno quisiera que a los museos grandes, como el Mambo, con proyectos muy ambiciosos, con mucho público que hay que atender y más si hay interés de los estudiantes, llegaran un poco más de recursos y no estar siempre tan alcanzados. No nos alcanza la plata para hacer tres proyectos, además de la nómina del museo que es de las cosas más complicadas y hay que salir a buscarlas. Pienso que si se vinculara también la nómina, sería más fácil en esos centros culturales.
ENS: ¿Cuáles fueron sus mayores logros en esos ocho años frente al Mambo?
CH: Mucha gestión, convencer a la gente, pensar en grande, tratar de lograr los proyectos que uno quiere, tocar puertas, moverse en las redes, convocar a los estudiantes y poco a poco fuimos cambiando la infraestructura del edificio, que estaba muy abandonada; convocar a la gente, porque el museo tampoco tenía público; traer un curador internacional, Eugenio Viola, quien le dio un gran nombre al museo con sus conocimientos y experiencia; hicimos publicaciones maravillosas que se siguen emitiendo en inglés y en español. Poco a poco lo fuimos logrando, pero soñando en grande, con rapidez, porque los cambios deben generar expectativas positivas.
ENS: ¿Qué le faltó por hacer en el Mambo?
CH: Mucho. Creo que dejo el museo en un punto donde ya es reconocido, es muy visitado, es muy renombrado. Ahora hay que seguir, continuar impulsándolo, ojalá pudiéramos ampliarlo, mostrar la colección permanente en alguno de los salones. Ahora la persona que tomó el cargo es más financiera y más administrativa, lo mío era más sexto sentido que administrativo, entonces creo que ahora le toca a la nueva administración seguir buscando, los apoyos económicos para seguir creciendo.
ELN: ¿Volverá a exponer?
CH: Por supuesto, ahora estamos en un pequeño salón, en NC Diseño, con algo de mis obras y la ilusión es estar muy involucrada en el área de diseño, apoyando a todos estos artistas maravillosos que le cambian el alma al espacio cuando están participando.