En medio de una tormenta, Richard Carapaz (Movistar) ganó la octava etapa del Giro y se convirtió en el primer ecuatoriano en lograr un triunfo en una gran vuelta ciclista, este sábado en el Santuario de Montevergine di Mercogliano, en una jornada marcada por otra caída del británico Chris Froome (Sky)
En un día muy lluvioso, el británico Simon Yates (Mitchelton) conservó el maillot rosa de líder tras una llegada en alto que no cambió el orden de los primeros puestos de la clasificación.
Tras 17 kilómetros de ascensión, Carapaz, que disputa su segunda gran vuelta, tras su 36º puesto en España en 2017, ganó en solitario al escaparse con autoridad en el último kilómetro.
"Estoy muy contento y emocionado. Es mi primera victoria en una gran vuelta y he trabajado duro para llegar aquí", dijo tras levantar los brazos el corredor de Movistar.
Carapaz fue capaz de conservar una corta ventaja de 7 segundos sobre el italiano Davide Formolo, el primero de los perseguidores. El francés Thibaut Pinot fue tercero de la etapa tras haber lanzado el esprint. Ahora es cuarto en la general a 41 segundos.
"Tenía buenas piernas al final de la subida. Tenía que intentarlo desde lejos porque tenía pocas opciones de ganar al esprint. Elegí el momento correcto. Queda un largo camino hasta Roma (meta) y todavía no he comprendido lo que he conseguido, aunque ya es bonito", añadió.
El ecuatoriano disputa su segunda temporada en el pelotón profesional. Abrió su palmarés profesional a finales de abril al ganar una etapa y la clasificación final de la Vuelta a Asturias.
Con su triunfo, el ciclista de 24 años ascendió a la octava posición en la general, a 1 minuto y 6 segundos del líder Yates. Además, consolidó su 'maglia bianca' de mejor joven de la carrera.
- Sin cambios en la jerarquía -
En la general, Yates tiene 16 segundos de ventaja respecto al holandés Tom Dumoulin, que defiende su triunfo del año pasado, y 26 respecto al colombiano Esteban Chaves.
Froome, por su parte, se cayó a 5,5 kilómetros de la meta, al resbalar en una curva debido a la lluvia. El cuatro veces ganador del Tour de Francia se fue al suelo por el lado derecho, el mismo que en su anterior caída, en el reconocimiento del recorrido en Jerusalén, en la primera etapa. Pero pudo acabar el día en el grupo de los mejores, a 7 segundos del vencedor.
Sin participar en el Giro desde 2010, su redescubrimiento de la ronda italiana no está siendo sencillo. Tras su caída en Jerusalén, perdió tiempo en la llegada agitada de Caltagirone (4ª etapa) y sufrió en las pendientes del Etna (6ª). A pesar de los contratiempos, el minuto y 10 segundos que tiene de desventaja con Yates no le condena en la lucha por la victoria.
- Larga escapada -
Este sábado, en el recorrido de 209 kilómetros, siete corredores (Van der Sande, Polanc, Bouwman, Mohoric, Montaguti, Torres y Villella) iniciaron una escapada en la primera hora de carrera y afrontaron la subida final con dos minutos de ventaja.
El holandés Koen Bouwman, último superviviente, fue superado por Carapaz junto cuando pasaba la señal de último kilómetro.
La novena etapa se disputará el domingo y tendrá la meta en el Gran Sasso d'Italia, a 2.135 metros de altitud. La ascensión, de 26,5 kilómetros, es muy complicada en su parte final, cuando se alcanza el Campo Imperatore, donde Benito Mussolini fue liberado de la prisión en 1943 por el comando SS de Otto Skorzeny.
"Todo salió bien. Hay que pensar rápidamente en la próxima etapa porque la subida es mucho más difícil ", avisó Yates, al lado de Chaves, su socio en el equipo Mitchelton.
"Si puedo atacar, lo haré", prometió el maillot rosa sobre la larga etapa de 225 kilómetros que atraviesa Los Abruzos.