Independiente quedó a un paso de los octavos de final de la Copa Libertadores 2018 al empatar 1-1 este jueves con un agonizante Millonarios en Bogotá, por lo que el cupo restante del Grupo 7 a la siguiente ronda se definirá en la última jornada.

El equipo argentino, que dirige Ariel Holan, sacó una igualdad en la fría Bogotá con un remate fuerte del delantero Emmanuel Gigliotti (75) que dejó sin opciones al inquebrantable portero venezolano Wuilker Fariñez, responsable de que su equipo no cayera.

Los 'embajadores', orientados por el argentino Miguel Ángel Russo, se habían ido adelante luego de que su capitán, el central Andrés Cadavid (59), transformara en gol un penal por una mano de Fernando Amorebieta dentro del área.

Con el empate, Independiente llegó a 7 puntos y mantiene la segunda posición del grupo, que encabeza el ya clasificado Corinthians con 10 unidades. 

Millonarios comprometió aún más sus aspiraciones, pues siguió colero, con 5 puntos, a uno del tercero Deportivo Lara de Venezuela.

La última jornada, a disputarse el próximo jueves, definirá el último cupo del grupo a la próxima fase. 

Independiente recibirá a Deportivo Lara, mientras que Millonarios visitará a Corinthians en Brasil.

A los rojos los clasifica una victoria e incluso un empate, siempre y cuando Millonarios no gane. A los azules los mete un triunfo a domicilio y una igualdad en Avellaneda.

Duelo de técnicos

La muñeca de Russo empezó ganándole la partida a Holan. El DT embajador desubicó a su rival al subir al central Matías de los Santos como tapón y utilizar a Jader Valencia como extremo y en constante rotación con el goleador Ayron del Valle.

El mediocampista John Duque, por momentos, tomó el papel de "cerebro" ante la ausencia del lesionado David Macalister Silva, encargado habitual de la generación de juego en Millonarios.

A los 'Diablos Rojos' les costó casi media hora adaptarse al cambio de tablero planteado por Russo. No obstante, su orden los mantuvo intactos ante la ofensiva anfitriona.

Millonarios apeló al libreto que le dio el campeonato el semestre pasado: juego rápido por las bandas. Lo que en Colombia fue garantía de éxito en la Libertadores resultó estéril: se impuso la reconocida fortaleza en el juego aéreo de Independiente.

La fórmula de los argentinos de dejar con pocas opciones de pase al rival prevaleció ante la falta de un '10' o un hombre capaz de crear opciones distintas a las repetidas por los 'cafeteros'.

Y luego, las paradojas del fútbol. Aunque fueron dominados todo el primer tiempo, las chances de anotar fueron visitantes. 

En el 35, tras un tiro libre, Alan Franco despertó los reflejos de Fariñez. Sesenta segundos después, el que probó a la joven promesa sudamericana fue Diego Rodríguez. El volante disparó a ras y obligó a que el portero local se estirara de nuevo.

Los locales se sacudieron, cinco minutos más tarde, con una jugada de laboratorio que el destacado uruguayo De los Santos mandó cerca del arco de su compatriota Martín Campaña.

Contragolpe letal

Cuando empezaron los últimos 45 minutos con vida para los bogotanos hubo amague de copia de lo visto en la parte inicial.

En el 52, en otra brillantez, Fariñez ahogó el gol de Gigliotti. El delantero había cabeceado a un metro del venezolano tras un centro de Gonzalo Verón.

Pero la mano de Amorebieta dentro del área revivió a los colombianos siete minutos más tarde. Y Cadavid no desperdició.

La cuenta se pudo ampliar si el movedizo extremo Juan Camilo Salazar hubiera aprovechado una opción clara ante Campaña.

La alegría albiazul por el triunfo, que lo dejaba parcialmente segundo del grupo, fue efímera. A falta de once minutos para el pitazo final, Gigliotti marcó su primer gol en la copa tras aprovechar un contragolpe en el que fusiló a Fariñez.

"Una lástima. De verdad que no contábamos con que entrara ese gol", aseguró el portero.

Russo se jugó sus restos y ordenó la avanzada final. Con poco más que mostrar aparte de lo evidenciado en el primer tiempo, los capitalinos apelaron al amor propio, que no bastó ante un Independiente bien parado y satisfecho con una igualdad que lo deja a tiro de la siguiente ronda.