La tensión aumenta en el Giro, que vivió este lunes su segunda jornada de descanso: el ecuatoriano Richard Carapaz, el esloveno Primoz Roglic y el italiano Vincenzo Nibali, los tres ciclistas que han tomado las posiciones de cabeza de la clasificación general, son los mejor colocados a 959 kilómetros de Verona para imponerse el domingo.
Carapaz, el invitado de la semana -
"Me siento como uno de los favoritos pero en el Giro todo puede pasar", opinó este lunes el actual portador de la 'maglia' rosa, cuarto en la general el año pasado en su primera participación. En dos días, el ecuatoriano (que cumplirá 26 años el miércoles) ha revolucionado la clasificación. En estos momentos cuenta con 47 segundos de ventaja sobre Roglic y con 1 minuto y 47 segundos sobre Nibali. Carapaz es el más fuerte en las subidas (junto a su compañero Mikel Landa) y también se defiende en los descensos.
"Sin duda Nibali es el rival más peligroso por su experiencia y su pasado. Pero Roglic tendrá la última contrareloj a su favor", dijo el ciclista nacido en el altiplano andino y formado en Colombia.
No se sabe cómo gestionará el maillot de líder ("eso no me incomoda, no estoy estresado", dijo este lunes), pero deberá tomar riesgos si quiere seguir a Nibali en los descensos. Para ello contará con el apoyo de Mikel Lnada, que inició la ronda italiana como jefe de filas del equipo Movistar.
Una vez más, el vasco (5º a 3 minutos y 15 segundos) se encuentra en la posición de lugarteniente, pero no hay que olvidar que tiene los medios para ganar también la carrera. "Es un amigo antes que compañero de equipo", aseguró, diplomático, Carapaz. "Le admiro mucho, tiene un palmarés impresionante".
El desajuste de Roglic
El esloveno Primoz Roglic llevaba un recorrido intachable... hasta el desajuste de la máquina el domingo en los márgenes del lago Como. El sábado pudo felicitarse por haber pasado sin incidentes las primeras etapas de montaña. Dejó a Carapaz la 'maglia' rosa y las responsabilidades que conlleva.
Pero la brecha ha crecido de manera importante, de 7 a 47 segundos, tras un jaleo con su cambio de bicicleta, debido principalmente a la ausencia del primer vehículo de su equipo y el esfuerzo extra realizado para atrapar a sus rivales.
Fatigado, Roglic hace balance de daños: sin ningún acompañante para la montaña (abandonos de Gesink y De Plus) parece vulnerable al menor contratiempo. Pese a todo sus opciones siguen siendo sólidas, especialmente por la perspectiva de una crono de 17 kilómetros para terminar (le sacó 1 minuto y 55 segundos a Carapaz en los 34 km en San Marino).
Su táctica, basada en neutralizar a Nibali, es lógica, pero llega a su fin. "Debe actuar de otra manera. Si no, yo no ganaré, pero él tampoco", avisó el italiano el viernes, antes de la primera llegada en alto.
Nibali, la referencia
Referencia de la carrera y único del trío que la ha ganado, el 'Tiburón' debe hacer una carrera de persecución en la clasificación. Si bien ya ha firmado unas buenas actuaciones, el número de oportunidades se reduce. Pese a todo, puede encontrar aliados circunstanciales decididos a remontar o interesados en ganar alguna etapa, como el británico Simon Yates.
El Mortirolo, donde se anuncia lluvia, presenta el martes la primera ocasión. El siciliano conoce esta temible subida, que ha escalado en dos ocasiones en el Giro (2010 y 2017). También su descenso rápido, técnico y peligroso.
En caso de no tener éxito, hay otra oportunidad el sábado en los Dolomitas, la última etapa de montaña. La fatiga, acumulada luego de largas etapas llanas y ascensiones en este Giro a menudo lluvioso, será juez en esos momentos.