LAS REMESAS son una fuente vital de ingresos para muchas familias en Colombia, permitiendo un aumento en el consumo y mejorando la calidad de vida de los receptores. Según cifras del Banco de la República, las remesas de los trabajadores en el exterior hacia Colombia aumentaron un 13,6% en los primeros cuatro meses de 2024, alcanzando 3.650 millones de dólares, pero a julio ya llegaban a US $6.636 millones.
Sin embargo, el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca que este flujo de dinero no necesariamente se traduce en un aumento de la productividad nacional.
La experta y analista Leticia Poole, doctora en Economía y profesora de la Universidad Europea, señala que las remesas continúan siendo un componente crucial en la economía de América Latina, especialmente en Colombia, donde representan una fuente significativa de ingresos para muchas familias.
Poole explica que “esto se debe a que las remesas suelen destinarse a gastos inmediatos como alimentos, vivienda y educación, en lugar de inversiones productivas que podrían generar empleo y crecimiento económico a largo plazo. Además, la dependencia de las remesas puede desincentivar la participación en el mercado laboral local, reduciendo así la fuerza laboral disponible y afectando negativamente la productividad”.
Fuerza laboral
En ese sentido, la analista abordó el tema de la migración, afirmando que “las remesas son un reflejo directo de la pérdida de fuerza laboral en los países de origen. En Colombia, la migración ha llevado a una significativa “fuga de cerebros”, donde trabajadores capacitados buscan mejores oportunidades en el extranjero. Esta situación puede debilitar el crecimiento económico del país y reducir su capacidad productiva. Por ello, es fundamental crear incentivos para retener a la fuerza laboral joven o lograr su regreso, ofreciendo oportunidades laborales atractivas y programas de capacitación.
A pesar del impacto positivo inmediato que tienen las remesas en los hogares colombianos, Poole advierte sobre los peligros a largo plazo: “celebrar el creciente flujo de remesas puede ser comprensible desde una perspectiva económica a corto plazo, pero es crucial que los gobiernos e instituciones reconozcan los efectos negativos potenciales, como la dependencia económica y la pérdida de capital humano. Es muy importante implementar políticas que fomenten la inversión productiva de las remesas y creen oportunidades laborales locales para reducir la necesidad de emigrar”.
En cuanto al papel de las remesas en la economía colombiana, la profesora de la Universidad Europea enfatiza que representan una fuente significativa de divisas y contribuyen a reducir la pobreza y desigualdad.
Fuente de divisas
En 2024, se estima que las remesas alcanzaron cifras récord, superando los US $6.628 millones hasta julio. Este flujo representa aproximadamente el 59,7% de los ingresos por exportaciones de petróleo y carbón y el 27,7% del total exportado por bienes. Se espera que las remesas mantienen su protagonismo debido a la migración constante y su importancia para las familias receptoras. Sin embargo, es esencial diversificar la economía colombiana para reducir esta dependencia a largo plazo.
Asimismo, Colombia ha puesto en marcha varias políticas para atraer nuevamente a sus trabajadores migrantes. La Ley 1565 de 2012, conocida como Ley Retorno, ofrece incentivos aduaneros, tributarios y financieros para facilitar el regreso voluntario al país. Además, la Política Integral Migratoria (PIM), establecida por la Ley 2136 de 2021, busca coordinar esfuerzos para abordar temas relacionados con el retorno e integración de migrantes. Estas iniciativas son cruciales para crear un entorno atractivo para aquellos colombianos que buscan regresar después de haber trabajado en el extranjero.
En conclusión, aunque las remesas son vitales para muchas familias colombianas y contribuyen significativamente a la economía del país, es imperativo adoptar un enfoque estratégico que fomente su inversión en actividades productivas y reduzca la dependencia económica a largo plazo. Ante esto, Poole hace un llamado a la acción para maximizar los beneficios económicos sin caer en una dependencia perjudicial que, a la larga, muestra una deficiencia de empleo.