“Bogotá, mi Ciudad, mi Casa” | El Nuevo Siglo
Jueves, 18 de Julio de 2024

Al ser una ciudad cosmopolita es claro que Bogotá es la urbe que más personas de otras regiones del país recibe. Esta característica, sin duda alguna, es un elemento que enriquece los potenciales de la capital del país en múltiples flancos y hace que sea el principal nodo poblacional, de negocios, así como de generación de productos, bienes y servicios. No en vano, aporta una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional.

Sin embargo, no se puede negar que al recibir tal cantidad de personas provenientes de distintas zonas del país y el extranjero es muy complicado que la mayoría de la población desarrolle un sentido de pertenencia sustancial con Bogotá. Esta es una situación que ha sido muchas veces advertida y que incluso ha llevado a que no pocos análisis sociológicos concluyeran que se hace necesario desarrollar herramientas de pedagogía ciudadana que lleven a incentivar un mayor nivel de identificación y apropiación de los más de nueve millones de personas que viven en la ciudad, hayan nacido o no en ella, con sus principales objetivos, símbolos y rasgos distintivos.

En ese orden de ideas, resulta interesante la campaña que lanzó ayer la alcaldía de Bogotá, precisamente, con el objetivo de fortalecer el sentido de pertenencia de los habitantes de la capital, mantener su historia viva y darle una oportunidad a la esperanza.

La iniciativa, denominada “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa”, parte de la base de que muchos problemas de ciudad se pueden solucionar concientizando a los capitalinos, trabajando en equipo y creando buenos hábitos colectivos.

La concepción de la campaña, que demandó el trabajo de expertos, secretarios y creativos, así como con la evaluación y aportes de las principales dependencias, se fundamenta, de acuerdo a lo explicado ayer por el propio alcalde Carlos Fernando Galán, en una metáfora de lo que significa la casa para un ser humano: esos espacios que cada habitante debe cuidar y defender como si fueran su propio hogar.

Si bien la ciudad tiene la mayor oferta de servicios, atractivos y valores agregados a nivel nacional, también es todavía una “casa que está en obra”, lo que demanda un comportamiento distinto por parte de los ciudadanos, entendiendo que, aunque la urbe no es perfecta, es el hogar que nos acoge, y que una vez culminadas muchas obras y proyectos en marcha el beneficio será general.

Todo esto partiendo de un diagnóstico realista, en donde se reconoce que la capital del país necesita ordenarse, tiene problemáticas y enfrenta múltiples retos en donde la ciudadanía es clave para alcanzarlos bajo un esfuerzo colectivo, decidido y efectivo.