Expertos consultados por EL NUEVO SIGLO dicen que la paz es un debate que seguirá dando réditos políticos

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Al igual que ha ocurrido en las elecciones de los últimos años, el tema de la paz seguirá siendo una de las principales apuestas de todos los partidos y movimientos políticos, y todo apunta a que los comicios territoriales de octubre entrante no serán la excepción.

No deja de ser paradójico, teniendo en cuenta que, incluso, desde antes de firmarse el Acuerdo de Paz del teatro Colón el 24 de noviembre de 2016 que le puso fin a 54 años de guerra del Estado contra la antigua guerrilla de las Farc, para entonces ya el tema de la paz había sido ‘chuleado’ por la mayoría de colombianos como una de las ‘principales’ necesidades del país.

Tanto así que ese desgano se vio reflejado en el plebiscito refrendatario del 2 de octubre de ese año, cuando el Gobierno quiso ‘meterle pueblo’ a lo acordado con las Farc en La Habana, y la consulta en las urnas se perdió, por escasos 50.000 votos, pero se perdió.

La Administración, entonces, tuvo que volver a barajar, pactar algunos cambios con la oposición uribista al proceso de paz y engrasar la ‘aplanadora’ para sacar los acuerdos vía ‘fast track’.

Todas las reformas legales y constitucionales fueron aprobadas y pasaron la revisión jurídica en la Corte Constitucional, pero queda pendiente la columna vertebral de todo lo acordado: la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz, con la que se juzgará y sancionará por igual a ex guerrilleros, miembros de la Fuerza Pública y civiles que hayan tenido vinculación el con el conflicto.

Y es ahí donde nuevamente el tema de la paz vuelve a convertirse en el péndulo que medirá la inclinación de un electorado que sigue dividido entre favorecer los acuerdos y pasar la página de la guerra, o aceptar los riesgos de volver a un escenario de confrontación armada.

La JEP, ¿tema de campaña?

La sanción presidencial de la Ley Estatutaria que reglamenta el funcionamiento de la JEP es un tema aún no resuelto, y aunque el presidente Iván Duque dice que “se tomará el tiempo” legal necesario para decidir si la objeta o no, su suerte comenzó a polarizar nuevamente al país.

Si el Presidente no objeta la norma, sus alcances quedarán en firme como hasta ahora, pero si decide no sancionarla por razones de inconveniencia, esta volverá al Congreso y de ahí a la Corte y nuevamente a sanción presidencial.

En todo el tiempo que demande su aprobación final esta reglamentación seguirá siendo un ‘caballito de batalla’ de cara a las elecciones regionales.

“Todavía no sabemos qué peso específico tendrá la JEP en las elecciones, todo depende de cómo siga evolucionando y si hay objeciones parciales”, considera el analista Rafael Nieto Loaiza.

Para este experto, la implementación de los acuerdos con las Farc seguirá siendo objeto de debate, con o sin JEP, pues aún mantiene dividido al país.

“¿Cómo así que, por ejemplo, no está financiada la implementación de estos acuerdos en el Plan Nacional de Desarrollo cuando están destinados $37 billones para el componente de paz?”, se pregunta el ex viceministro.

Por su parte, el catedrático Pedro Medellín Torres agrega otro punto de discusión. Dice que si el Presidente objeta la JEP o presenta otra reglamentación, como ya anunció, a temas como la reincidencia en ciertos delitos como homicidio o narcotráfico y el abuso sexual de niños, “se establecerían límites reales para la acción política en ciertos territorios”.

Medellín pone un caso concreto, el del exnegociador ‘Joaquín Gómez’, que aspira a la Gobernación de La Guajira, y con posibilidades de triunfo.

“Quiere decir que si la JEP queda como está hoy, quienes hayan cometido ciertas conductas van a poder presentarse como candidatos. Por eso si se regula esa materia no van a poder hacerlo. Ahí está la diferencia”, explica el director de la Fundación Ortega y Gasset.

Obvio, dice el analista, ese no será el único tema en las elecciones, pero sí uno “muy importante”.

Discurso de mano dura

Mientras tanto, otro analista del conflicto, el exasesor de Paz de Antioquia, Jaime Fajardo Landaeta, sostiene que toda la polarización que hay en el país por el tema de la paz y la implementación de los acuerdos con las antiguas Farc, benefician al presidente Duque.

Se refiere a casos como el ataque terrorista a la Escuela de Policía General Santander, la crisis diplomática con Venezuela, la designación de un uribista en el Centro de Memoria Histórica, el debate por los recursos para la paz, el componente agrario en el Plan de Desarrollo y la sanción de la JEP, entre otros.

“Todos estos debates le están dando réditos políticos al presidente Duque en un momento en que la ciudadanía le exigía un viraje a su Administración. Y en todo esto, el mensaje de que la JEP les da demasiados beneficios a los ex guerrilleros ha hecho carrera. Fíjese que (Álvaro) Uribe no habla de reformar la JEP sino de eliminarla”, insiste el experto.

En ese sentido, Fajardo Landaeta, que dirige un centro de estudios políticos en Antioquia, sostiene que tanto la JEP -como columna vertebral del Acuerdo de Paz- y la crisis con Venezuela, “mientras no estén resueltos, seguirán siendo un escenario electoral que deja muchos réditos, dependiendo de la forma como se maneje el tema”.