Desempleo "quita sueño" en ajuste económico | El Nuevo Siglo
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Jueves, 18 de Abril de 2019
Redacción Economía
Se cree que habrá mayores reservas internacionales para cubrir el déficit de la cuenta corriente

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Aunque el panorama económico para 2019 y 2020 luce aparentemente despejado luego de la corrección de la regla fiscal, el Banco de la República todavía espera que se consolide el ajuste macroeconómico a las metas previstas por el Gobierno.

En efecto, la más reciente encuesta de expectativas del Banco de la República realizada a analistas económicos y de mercado, revela que el panorama económico para 2019 y 2020 luce despejado, de acuerdo con estudios hechos por los expertos del Bancolombia.

En concreto, las estimaciones de crecimiento económico, que sugieren que la economía profundizaría su dinámica de recuperación en los próximos años, se mantuvieron inalteradas. Respecto a la inflación, en el corto plazo los analistas esperan registros moderados, mientras que en horizontes más amplios las expectativas sitúan la variación de los precios levemente por encima de la meta del Emisor. En este contexto, la revisión más importante ha sido sobre la tasa de intervención, pues se espera que permanezca inalterada por un tiempo prolongado.

Menor velocidad

Durante un foro en Cartagena, la codirectora del Emisor, Ana Fernanda Maiguashca, estima que “la economía recupere su dinámica, aunque algunos indicadores muestran una menor velocidad a la esperada. La proyección de crecimiento del Banco de la República se mantiene en 3,5%, con un sesgo a la baja. Pese a un ambiente volátil, las condiciones financieras internacionales se observan más amplias de lo que se anticipaba a finales de 2018. Sin embargo, tras la desaceleración de las economías desarrolladas, algunos países emergentes relevantes para la economía colombiana tendrían crecimientos moderados”.

Señala la directiva que “la tasa de desempleo sería la preocupación en el inicio del año, debido a que se ha venido ampliando, mostrando una señal contradictoria que no refleja la recuperación en la economía. Adicionalmente, la recuperación de la demanda interna ha impulsado la ampliación del déficit de cuenta corriente. Sin embargo, el Banco Central proyecta que dicho déficit sea financiado por la inversión extranjera directa, lo cual mitiga algunos de los riesgos de que dicho déficit sea más amplio. Para la junta, unas mayores reservas internacionales cubrirían en cierta parte los riesgos de un mayor déficit en la cuenta corriente”.

Inflación

Señalan los economistas que para el mes en curso, el mercado espera que el IPC presente una variación mensual de 0,37%. En esta proyección, se anticipa nuevamente que la canasta de alimentos jalone el resultado agregado, y que por el contrario la inflación básica continúe siendo moderada. Además, la lectura estaría cerca de su promedio en la última década (0,4%), pero sería menor al resultado observado un año atrás (0,46%).

Indican que “ahora bien, nuestra proyección de inflación total es similar, aunque proviene de una composición menos balanceada y que le asigna un mayor peso al ajuste del precio de los alimentos, dada las presiones alcistas que se han observado en las principales centrales mayoristas en las primeras semanas del mes. En todo caso, si estas expectativas se materializan, en términos anuales la inflación vería una corrección desde 3,22% en marzo hasta 3,13%”.

Por su parte, les estimaciones de inflación para cierre de año mostraron correcciones leves. En primer lugar, la expectativa para cierre del presente año pasó de 3,23% en marzo a 3,28% en el último sondeo. Esto implica que el reporte de inflación de marzo no tuvo un impacto significativo. Por el contrario, si se compara esta proyección con la que esperaban los analistas a principios de año (superior al 3,4%), se hace notorio el efecto de las sorpresas bajistas que produjeron las lecturas de enero y febrero. Por su parte, la lectura esperada en 2020 se ha mantenido consistentemente por encima de la meta de 3%.

“Aunque superiores, nuestras expectativas para dichos horizontes (3,4% y 3,2%, respectivamente) implican de todas maneras un escenario de precios notablemente favorable”, señalan los analistas de la entidad financiera.

 

Crecimiento y política monetaria

En materia de crecimiento, sin modificaciones relevantes, los analistas sostienen la previsión de una senda de recuperación de la actividad productiva. En el corto plazo, se espera que durante el primer trimestre de 2019 se haya registrado una expansión de 3,07%, nivel similar a nuestro escenario central.

Por su parte, para todo el año se espera que el mayor dinamismo de la economía se vea reflejado en un crecimiento de 3,2%, que luego dé paso a que en 2020 (3,4%) el aparato productivo del país avance a una velocidad cercana a su nivel potencial. Al respecto, reiteramos que un mejor momento económico será producto de una recuperación de la inversión y de que se mantenga un desempeño sólido del consumo público y privado.

 

Intereses

Finalmente, los incrementos esperados en la tasa de intervención se han postergado.

En concreto, luego que en el inicio de año se esperara un primer incremento de 25 puntos básicos, ahora el mercado espera que este tenga lugar en octubre próximo, y que se seguiría de uno de igual magnitud al cierre del primer trimestre de 2020. De acuerdo con lo anterior, este sería uno de los periodos de estabilidad más prolongados en la tasa de intervención. Por este motivo, al cierre de 2019 se observaría una tasa de 4,5%, que es baja y deja la postura de política monetaria aún en terreno levemente expansivo.

De otro lado se conoció que los indicadores de actividad industrial para febrero fueron positivos, en la medida en que las ventas minoristas y la producción crecieron por encima de las expectativas.

Las ventas minoristas registraron un avance del 5,7% anual (3,1% en enero), por encima del consenso del mercado de Bloomberg (4,2%) y nuestro pronóstico (5,0%). Mientras tanto, la producción industrial registró un crecimiento del 2,85% anual.

En febrero, la producción estuvo impulsada nuevamente por la producción de bebidas, la cual registró una variación de +11,3% anual. Por su parte, la refinación de petróleo disminuyó 4,4% (contribución de -0,3 puntos), siendo el principal lastre en el mes, junto con la producción azucarera.

Los bajos precios del petróleo (en comparación con 2018) y una economía global lenta siguen siendo riesgos para la actividad industrial. En términos mensuales, la actividad minorista estuvo impulsada por la venta de alimentos y bebidas no alcohólicas (+ 7,8% anual, 1,8 puntos de contribución).