Ocupación del SITP está a 1% del límite, ¿qué alternativas hay? | El Nuevo Siglo
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Domingo, 24 de Mayo de 2020
Redacción Política

EL NUEVO SIGLO habló con tres expertos en movilidad sobre el escenario eventual en que tuviera que cerrarse Transmilenio

 

En el transcurso de esta semana, la Alcaldesa de Bogotá prendió las alarmas sobre el nivel de ocupación de Transmilenio. Es cierto que este Sistema no ha dejado de funcionar un solo día en los 80 que han transcurrido desde que llegó el Covid-19 a la Capital del país, pero tendría que suspender sus operaciones si se sobrepasara el 35% de su capacidad.

El problema, uno de los muchos que tiene Transmilenio hoy (desde el 2019 hay un déficit de operación y hoy el escenario del Sistema es el de operar al 35% pero con el 100% de la flota), es que el componente zonal está al 34% de su capacidad, razón por la cual la Alcaldesa prendió las alarmas en el transcurso de la semana y actualmente, se está promoviendo el ingreso escalonado al Sistema.

“Ojo, en Transmilenio vamos al 34% en el componente zonal. Si superamos el 35% hay que cerrar y eso no sería bueno para toda la reactivación que hemos logrado tener hasta ahora, ni para el cuidado que hemos logrado. Entonces vamos a trabajar estos 10 días para ver si logramos cubrir el horario del mediodía”, precisó López el pasado jueves.

Ante este potencial escenario, ¿qué tendría que hacer la ciudad de Bogotá en caso de cierre? EL NUEVO SIGLO consultó a tres expertos en movilidad, quienes coincidieron en que se deben establecer estrategias paralelas que, en tal caso suplan al Sistema, aunque ven con gran dificultad que dicho escenario pueda llevarse a cabo, a pesar que existan referentes como el de Barranquilla, ciudad que tuvo que cerrar su Sistema de transporte masivo de manera temporal.

De hecho, de acuerdo con el profesor experto en movilidad sostenible y seguridad vial, Darío Hidalgo, “el cierre por supuesto que es una posibilidad, pero para los trabajadores que están tratando de llegar a sus destinos sería caótico. La ciudad lo ha experimentado cada vez que un bloqueo serio en Transmilenio tranca su circulación y en dichos escenarios hemos visto cómo sufren las personas, especialmente, las de menores ingresos y que hacen trayectos más largos”.

 

El factor económico

Por ejemplo, para el vicerrector de la Universidad de los Andes y experto en movilidad, Eduardo Behrentz, cerrar el Sistema es un desafío tremendo, pues Bogotá y el país está ante un escenario de contracción económica muy fuerte, en el cual el Ministerio de Hacienda ya dijo que en el 2020 la contracción puede ser de más del 5%.

Resaltando que una reducción del PIB anual de estas magnitudes, “es una cosa que nunca hemos visto en la historia y es la contracción económica más grande que ha visto el país”, un escenario en donde se restringe el uso de Transmilenio como se anuncia y en el que se imposibilita el uso del transporte público, le pasará factura a la reactivación económica del país y en el peor contexto económico en la historia.

“Porqué menciono esto: porque la economía de una ciudad está muy relacionada con su movilidad y mientras más desarrollo económico haya, habrá más demanda de viajes, más actividad y viceversa. Si no se facilita la movilidad, si se restringe, se estará castigando el desarrollo económico. Si los ciudadanos, y la mayoría de los mismos hacen sus viajes en transporte público, no tienen acceso al mismo, eso inmediatamente va a generar un escenario adicional de contracción de la economía”, precisó el Vicerrector.

Por su parte, para el exviceministro de Transporte y economista, Alejandro Maya, cerrar el Transmilenio efectivamente sería una restricción compleja, pero de llegarse a dicho escenario, en estos momentos es muy importante poder establecer estrategias paralelas al anuncio, pues de acuerdo con él, “fácilmente se puede llegar a ocupar el 35% y la Administración debe pensar en otras estrategias que le permitan a los ciudadanos movilizarse”.

“Lo importante es poder establecer mecanismos que permitan equilibrar la oferta con la demanda. Es decir, que todos los buses que tengan disponibilidad de uso en la ciudad de Bogotá, puedan estar y tengan que estar realizando ese tipo de operaciones. Incluso, se podrán utilizar otros buses de servicio especial que en este momento no están prestando ningún servicio público, como los escolares para que supla la falta de Transmilenio”.

A este respecto, de acuerdo con el profesor experto en movilidad sostenible y seguridad vial, Darío Hidalgo, el escenario de cierre es caótico y no es tan claro un plan B, aunque ya está contemplado que, por ejemplo, los servicios de transporte especial, así como los de transporte intermunicipal, entren a apoyar el transporte público urbano dentro de la ciudad.

Hidalgo, no obstante, reiteró que este es un escenario al que nadie quiere llegar pues, aunque hay alternativas de transporte, “se le estaría negando el derecho fundamental a la movilidad a las personas que hacen uso del Sistema. Tradicionalmente, los usuarios que en este momento están usando Transmilenio es porque esa es la única alternativa que combina precio y tiempo de la manera más efectiva”.

En esto coincidió el exviceministro de Transporte, pues de acuerdo con él “las personas que viven en la periferia van a tener situaciones muy complejas y muy difíciles de movilidad si se cierra la prestación del servicio y no se suple con otras alternativas”.

 

Alternativas disponibles

Entonces, ante el eventual caso de que se cerrará Transmilenio, ¿qué alternativas reales hay? Aunque para Maya es muy importante darle prioridad al uso de la bicicleta y a que no se restrinja el uso del vehículo o moto particular, también se refirió a la alternativa dada por el Gobierno nacional en la Resolución 1245 del 24 de abril de 2020 del Ministerio de Transporte.

“Si las rutas alimentadoras se quedan cortas con la capacidad del 35%, lo que toca buscar es que, con la norma que expidió el Gobierno nacional, se utilicen buses de ruta escolar que puedan alimentar aquellas zonas donde el transporte tiene más demanda. Se pueden buscar otros buses y hay muchísima oferta disponible en el país y en la ciudad de Bogotá que no se está usando”.

Por su parte, Hidalgo también precisó que lo que había autorizado el Gobierno es por ejemplo que los servicios de transporte especial y los servicios de transporte intermunicipal, entren a apoyar el transporte público urbano dentro de la ciudad, “por lo que las busetas que hoy no están funcionando y que iban a Chía, a Zipaquirá a Cajicá, a Madrid, a Funza etc., puedan prestar el servicio de transporte público dentro del perímetro urbano de Bogotá en las mismas condiciones de ocupación máxima del 35%”.

Por último, de acuerdo con el vicerrector, la Administración Distrital deberá ser muy imaginativa e innovadora en el escenario eventual en que se cerrara Transmilenio.

“Yo sé que están habilitando ciclo rutas y están haciendo otras cosas pero la bicicleta es insuficiente. No todas las personas que hacen uso del transporte público van a poder ser usuarios de bicicleta por muchísimas razones, entre ellas las distancias que se cubren en una ciudad como Bogotá y la misma condición física de las personas, etc.”, finalizó diciendo.