“Delincuencia y xenofobia serán por no tener una política de fronteras” | El Nuevo Siglo
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Jueves, 27 de Junio de 2019
Redacción Política

EL NUEVO SIGLO: En el pasado se llegó a pensar en posibilidad de instalar campos de refugiados en la frontera para atender la desbordada inmigración venezolana. ¿Cree que esta idea hoy tenga vigencia?

VÍCTOR DE CURREA-LUGO: Los que están llegando no son refugiados, son migrantes económicos. El refugiado es el que es perseguido y lo hace expreso por razones políticas, ideológicas o religiosas, o parte de una minoría.

Según Migración Colombia solo alrededor del 1% de las personas registradas por esta entidad alegan razones del orden político, ideológicos de persecución para ser incluidos en la categoría de refugiados.

Esto no es una ‘mamerlada’, es lo que dice el derecho internacional, por tanto lo que estamos ahí no es frente a una crisis de refugiados sino a un fenómeno de migración económica debido a la condición socioeconómica y la hiperinflación de Venezuela que todos conocemos.

La gran pregunta es cuál sería la respuesta humanitaria adecuada desde el punto de vista colombiano. En algunas experiencias se han utilizado campos de refugiados. Llegué el lunes pasado precisamente de Siria y de Irak, y uno entiende cuando se dan. Pero el problema grave está en que los migrantes venezolanos necesitarían otro tipo de ayuda. Organizar un campo de refugiados podría resolver temporalmente el problema pero no es definitivo.

Creo que si uno quiere ser humanitario con los venezolanos, primero habría que garantizar la asistencia a los servicios de salud. En Colombia solamente se admite urgencias y partos, pero una de las cosas es la atención prenatal. Las mujeres no tienen derecho a los controles prenatales y eso es un riesgo incluso a nivel social. Si el país quiere ser de verdad humanitario con los venezolanos, demos la atención prenatal.

Dos, creemos tipos de mecanismos de gestión para ellos. Tres garanticemos el acceso a la educación, en eso es de lo poco que se ha avanzado. Y cuarto, combatamos la xenofobia. Quinto, combatamos la explotación laboral. He entrevistado bastante migrantes venezolanos: una señora me contaba que abría a las 6:15 de la mañana el restaurante, salía a las 8 de la noche y la pagaban $15.000 al día. Y conozco casos de médicos venezolanos que hacen los procedimientos, los médicos colombianos los cobran y los firman, y al pagarlo incluso una endoscopia le han dado al médico venezolano que la realiza solo $5.000.

Entonces si queremos ser solidarios con los venezolanos no se trata de armar campos de refugiados sino de establecer acceso a la salud y una persecución a la explotación laboral que están sufriendo los venezolanos.

ENS: En este momento no hay relaciones con Venezuela, ¿considera que la solución para Colombia del problema de la migración de ese país pasa también por lo político?

VDC: Creo primero el afán que tengamos en los medios es de no decir más mentiras: he visitado Venezuela siete veces en los últimos 12 meses y he entrevistado desde líderes de la oposición hasta militares, pasando por ministros y por gente de la calle, y creo que tengo algún criterio para decir algunas cosas. Creo que la crisis es real, la hiperinflación es real, el desabastecimiento es relativo. El desabastecimiento de medicamentos es del 85% pero hambruna no hay. Entonces cuando en los medios colombianos nos ensañamos en decir lo que no es cierto, pues es muy complicado.

Del lado del oficialismo también tenemos el problema que todo es culpa de Estados Unidos y eso tampoco es cierto. Hay problemas de gestión graves.

Segundo, hablé alguna vez con el presidente Santos y le planteaba la necesidad de que tuviéramos relaciones diplomáticas aunque sea con fines humanitarios. Una comisión humanitaria binacional es urgente para temas como el traslado de pacientes complejos, por ejemplo, el problema de los indígenas, el problema de niños sin papeles cruzando frontera, el problema de prostitución en frontera, el contrabando en frontera, el problema de grupos armados en frontera.

Esos temas hay que abordarlos de lado y lado, el problema es que el gobierno de Duque ha caído en la lógica que creo es muy peligrosa, y que es como no admitimos el gobierno de Maduro entonces no tenemos ningún vínculo con su gobierno ni ninguna de sus instituciones, y eso se nos va a ir en contra. Los colombianos estamos pagando y vamos a pagar un precio muy alto de delincuencia y de xenofobia por no tener una política de fronteras.