Las deudas del gobierno con la educación | El Nuevo Siglo
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Domingo, 16 de Junio de 2019
Mario F. Hurtado

COMO dice el viejo refrán, el Ministerio de Educación (MEN) ha prometido el oro y el moro para el gremio docente, como mecanismo para frenar las movilizaciones estudiantiles en la educación superior y las marchas promovidas por Fecode en la educación básica. Lo cierto, es que hoy es incierto cómo van a cumplir tantas promesas y se aviva el malestar en el sector de nuevo.

La semana pasada se presentaron, otra vez, disturbios en algunas universidades públicas como la Pedagógica en Bogotá y la del Atlántico en Barranquilla. Los móviles no son claros, pero desde las mesas de trabajo se afirma que el compromiso de destinar recursos para ciencia y tecnología acordados, que fueron los saldos presupuestales no comprometidos, es decir los recursos excedentes, no se quieren entregar. Al parecer, el Ministerio de Hacienda quiere presentar explicaciones técnicas para no hacerlo, pero el movimiento afirma que son estrategias para incumplir parte de los acuerdos.

La situación en la educación básica parece más compleja. Para evitar un paro docente, el Ministerio quedó en una serie de compromisos que a todas luces parecen inviables. La lista de beneficios luce interminable: fortalecimiento de las escuelas normales superiores, mejoramiento del sistema de seguridad y salud en el trabajo, cumplir con la normatividad en los traslados por salud, reconocimiento y pago de prestaciones sociales, fortalecimiento del Fomag, pago del pasivo pensional, normalización de los aportes pensionales, nivelación salarial de 5 puntos porcentuales durante los próximos tres años, mantener el protocolo de las evaluaciones de desempeño de 2008. Cofinanciación de 2.000 especializaciones, 7.000 maestrías y 1.000 doctorados. Asignar recursos para los juegos deportivos y el encuentro cultural y folclórico, e inclusive, estímulos e incentivos para la compra de vivienda con tasas de interés preferencial debajo de las existentes en el mercado tanto para vivienda urbana como rural.

Sin duda se debe trabajar por la dignificación de la labor docente. Sin embargo, hay compromisos pactados que exceden las posibilidades y promesas que no se podrán cumplir, lo que puede traer malestar social y movilizaciones más complejas. Comprar con promesas no es la solución y solo es una bolsa de oxígeno para atrasar la movilización social. Además, en un acto de debilidad en la negociación por parte del MEN, no quedaron compromisos por parte del gremio docente que permitan que esto esté dado por el cumplimento de metas o la mejora en la calidad de la educación.

La situación es que la mitad de lo que se pide depende de los presupuestos, por ejemplo, pagar el retroactivo que se había prometido para este mes de junio. El Estado no ha destinado partidas reales para cumplir con esos compromisos como los de formación docente y fortalecimiento de los grados de formación escolar, y por ahora, no se ha evidenciado de donde van a salir las partidas presupuestales para cumplir con los compromisos acordados.

El pasado jueves, Fecode emitió una circular donde indican que dentro de los acuerdos está el pago del retroactivo junto con la prima de mitad de año, pero a la fecha no ha habido comunicación oficial de las secretarias de educación o del MEN sobre ese aspecto.

El gremio docente ha sido reacio al gobierno de Duque, están alerta y desconfían de las negociaciones. El malestar se une a las trabas para cumplir con los acuerdos de paz, pues el proyecto escuela territorio de paz está dentro de los pactos. Existe incertidumbre sobre lo que ocurrirá con las áreas de concentración de excombatientes y los procesos formativos que se estaban llevando a cabo. ONG y fundaciones están a la espera de conocer la posición de gobierno para contratar educadores en las regiones donde hay acuerdos con escuela y paz. Por eso, el incumplimiento de los convenios puede traer un nuevo frente de tensiones, a tan solo un año de gobierno. Y esa situación no podrá responsabilizarla la Ministra como suele hacer a administraciones anteriores. Tendrán que asumir un alto costo político si siguen prometiendo recursos sin tener certeza de donde vendrán y si los podrán ejecutar. Por lo que se hace prioritario el seguimiento de los compromisos por parte del gobierno.

* Especialista en Educación (@hurtadobeltran / mario.hurtado@hotmail.com) * La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva de este.