NUNCA PISÓ Japón pero la fascinación que despertaron las costumbres y tradiciones de ese país asiático lo hizo, tal vez, el que mejor lo conocía.

Así, la tierra de las geishas, los samuráis, los árboles de cerezo y los haikus se hicieron constante en la prolífica vida del artista neerlandés Vincent Van Gogh, uno de los principales exponentes del postimpresionismo.​

En más de 900 cuadros, no menos de 1600 dibujos y 100 láminas realizados en el siglo XIX quedaron plasmados no sólo la genialidad de este artista sino los temas que lo inspiraron y se convirtieron en su musa, como fue Japón.

Y así lo atestiguó en varias ocasiones, como en una de sus cartas a Theo, su hermano que fungía como mercader de arte en París y quien fue el motor económico en su carrera, donde señaló “envidio a los japoneses por la increíble claridad de la que están impregnados todos sus trabajos. Nunca resultan aburridos ni hacen el efecto de haberlos realizado deprisa... Su estilo es tan sencillo como respirar”.

Como a todos los grandes personajes de la historia, entre ellos los maestros del arte, que dejaron un legado tan maravilloso como invaluable, se les han realizado cientos de exposiciones, homenajes y películas, para conocer sobre sus vidas y admirar sus inmortales obras.

Con base en la exposición que meses atrás realizó el Museo de Ámsterdam, ‘Van Gogh y Japón’, que explora la correspondencia silenciosa pero fascinante entre el genio holandés y la cultura japonesa, se realizó el documental que bajo el mismo título presenta “Arte en la Pantalla” y con el que cierra el ciclo de excepcionales trabajos audiovisuales sobre grandes maestros como Cezanne, Leonardo, Munch, Degas y Picasso.

Colombia ha podido disfrutar de estos documentales desde diciembre del año pasado y el de Van Goh y Japón estará en la pantalla grande, en salas de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Manizales, Armenia, Pereira, Ibagué y Popayán, con subtítulos en español y la más alta definición, solo por tres días con proyecciones que arrancan hoy y culminan este domingo.

El país soñado para Van Gogh

En la exposición en la que se basa esta película, realizada en el Museo Van Gogh de Ámsterdam el año pasado bajo la dirección de David Bickerstaff, se puede ver por qué, aunque Van Gogh nunca lo visitó, Japón fue el país que tuvo la mayor influencia sobre su arte. El artista creó su propia imagen de la cultura asiática gracias a las impresiones japonesas que coleccionó con entusiasmo y estudió de cerca. Las imágenes coloridas y exóticas lo inspiraron creando un "ojo japonés" cambió el rumbo de su trabajo.

No se puede entender a Van Gogh sin entender cómo llegó el arte japonés a París a mediados del siglo XIX y el profundo impacto que tuvo en artistas como Monet, Degas y, sobre todo, Van Gogh. Visitando las nuevas galerías de arte japonés en París y creando su propia imagen de Japón, a través de una investigación en profundidad, la recopilación de impresiones y discusiones detalladas con otros artistas, el encuentro de Van Gogh con las obras de arte japonesas le dio a su obra un estilo con una trascendencia emocionante.

Vincent Van Gogh vivió en París entre 1886 y 1888, y fue entonces cuando fue ‘hechizado’ por el grabado japonés, comprando rápidamente más de 600 grabados en madera japonesa, que colgó en su estudio para poder absorber gradualmente la influencia de estos coloridos trabajos. Durante mucho tiempo se pensó que Van Gogh compró estas impresiones por placer, pero nuevas investigaciones demuestran que las adquirió para intercambiarlas.

 Después de salir de París hacia el sur de Francia, a lo que él creía que era lo más parecido a Japón que podía encontrar, los años productivos y, sin embargo, problemáticos que siguieron se deben ver en el contexto de Van Gogh, que mezcla influencias japonesas a su voluntad, definiéndose como un artista moderno con claras influencias asiáticas.

Esta película presenta en detalle varios de los 100 grabados japoneses de la colección de Van Gogh que hicieron parte de la exposición, además de 60 obras emblemáticas que surgieron del genio de Van Gogh. Todo esto será analizado en detalle por expertos y curadores.

En esta pequeña historia del arte de Van Gogh, vemos lo importante que fue su estudio por la cultura de ese país. La película viaja no solo a Francia y los Países Bajos, sino también a Japón para explorar a fondo la notable herencia que afectó a Van Gogh y lo convirtió en el artista que conocemos hoy.