Día del medio ambiente (I) | El Nuevo Siglo
Domingo, 7 de Junio de 2020

Se celebró el viernes pasado el día mundial del medio ambiente, día que fue instituido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 5 de junio de 1972, coincidiendo con el inicio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Ambiente. Ese mismo día, una resolución del mismo foro dio origen a la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Tradicionalmente, este día se convierte en un evento multimedia que inspira a periodistas y blogueros a hacer reportajes entusiastas y críticas acerca del medio ambiente. Es un acontecimiento visual con documentales televisivos, exhibiciones fotográficas y desplegados, así como un evento intelectual para aquellos que organizan y participan en seminarios, mesas redondas y conferencias.

Para no ser menos, desde esta columna queremos unirnos al clamor general por darle a la gente el impulso necesario para convertirse en agentes activos del desarrollo sostenible; promoviendo un entendimiento en donde las comunidades sean fundamentales en las actitudes de cambio hacia los temas ambientales desde las diferentes perspectivas del tema.

El fundamento epistemológico de la celebración está fundamentado en buscar que los seres humanos nos convirtamos en agentes de desarrollo sostenible, siendo actores y partes fundamentales del tema.

Lamentablemente parece que debo repetir el símil utilizado en días pasados, en el que aseveré que las celebraciones ambientales que hacemos los seres humanos, equivalen a la celebración del cumpleaños que hacen los maltratadores a las personas maltratadas. No es una simple frase, se basa en hechos, datos y cifras reales.

Hoy por hoy más de 20 millones de hectáreas de bosques se pierden en el mundo anualmente, sin incluir las grandes extensiones que son degradadas por prácticas forestales destructivas, que no es del caso enumerar. A su vez, el planeta ha perdido alrededor del 39% de sus ecosistemas naturales en los últimos 35 años, al tiempo que la presión sobre la tierra se ha incrementado en más del 53% durante el mismo período de tiempo, principalmente debido al aumento en los patrones de consumo sobre los recursos naturales renovables y la contaminación.

Estos indicadores aportados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente -Pnuma-, dicen qué "tales presiones exceden la capacidad de regeneración que posee la biosfera de nuestro planeta para recuperarse, con lo cual estaríamos encaminándonos a una inminente debacle ambiental, de no lograrse un cambio sostenible en los patrones de consumo de los recursos naturales".

Cabe entonces preguntarse ¿Cuáles son las políticas de estado que permitan detener el deterioro y revertir la tendencia? La pandemia no puede ser disculpa para dejarnos abandonados a nuestra suerte.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255