La trinidad | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Julio de 2020

Sigmund Freud, profeta neurodidáctico, acertadamente sostiene que: “No podemos deducir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos en sus apreciaciones, pues mientras anhela para sí y admira a los demás el poderío, el éxito y la riqueza, menosprecia, en cambio, los valores genuinos que la vida le ofrece” Luego alega que “la gran mayoría nada quiere saber de” los grandes hombres. (“El malestar de la cultura”). Afirmación que no cuesta comprobar.

Un resumen histórico facilita entender y comprender este juicio. Sumando tres versiones de famosos personajes, se llega a una conclusión que coincide con lo sostenido por el descubridor del psicoanálisis, presupuesto que conduce a una teoría sociopolítica: Gautama-Buda, Siglo VI; Confucio, Siglo VI., y Sócrates Siglo, V, todos antes de J.C.

Buda argumenta que la diferencia entre los humanos no es sus linajes sino sus acciones y ocupaciones. Confucio vivió en una época del desorden. “Donde hay educación no hay distinción de clases” proclamó. El confucianismo se define por un contrato social en el que se establece que los gobernados deben lealtad a los gobernantes, y estos últimos deben bienestar a su pueblo. “Solo sé que no sé nada”, frase atribuida a Sócrates. Su filosofía se basa en la admisión de su ignorancia, pues la sabiduría procede del reconocimiento de dicha ignorancia, una consecuencia de la democracia y se afirma que sostuvo: “Lo único que estropea nuestra vida son las injusticias”. Aristófanes, su crítico, lo condujo a la pena de muerte y acató la sentencia por respeto a ley.

La Trinidad se expandió universalmente por la doctrina cristiana, pero si se hace una deducción razonable de la evolución cultural del hombre en el planeta, hay una suma de ideologías que totalizan razones que se predican en síntesis universales remotas. Ese es el resumen expuesto.

Muchos siglos después, John Locke (1632-1704), filósofo y médico inglés, conocido como Padre del Liberalismo Clásico, sembró la semilla de la división de las ramas del poder público. Idea apoyada y ampliada por el barón de Montesquieu, 1689-1755. Teoría de la división tripartita del poder público y concluida, tradicionalmente, por Jean-Jacques Rousseau, 1712-1778., defendiendo el poder del pueblo: “El Contrato Social”. Síntesis: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Lord Acton 1834 – 1902.

Álvaro Gómez Hurtado, Horacio Serpa Uribe, Antonio Navarro Wolf, en 1991, integraron un trío y presidieron la Asamblea Constituyente, representando tres corrientes políticas, una consolidación improvisada de las distintas aspiraciones de los partidos representados por cada uno. De ahí que esa Carta se haya derrumbado notablemente en su corta vigencia.

Un pronóstico recomendable que no se debe olvidar: El gato con botas escogió a su pupilo y, engañando al Rey, lo convirtió en el Marqués de Carabás una vez combatido al monstruo, no para satisfacer al pueblo, sino por sus intereses y los de su patrón: el gato con botas. Las verdades se olvidan desvirtuando la paz, sostiene Freud.