La Consulta Anticorrupción | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Agosto de 2018

El domingo pasado se llevó a cabo en Colombia y en el exterior la consulta popular contra la corrupción. Como era de esperarse cerca de doce millones de colombianos participaron en ella y fue así como quienes abanderaron esta iniciativa democrática y por tanto participativa se declararon satisfechos y felices del resultado de la consulta, como también lo están todos los colombianos que clamamos que se tomen medidas contra la corrupción y los corruptos, empezando por el señor Presidente de la República, Iván Duque Márquez.

La Consulta, aunque no haya logrado llegar al umbral que estaba estipulado para obtener su plena aprobación, si logró convertirse en un hecho importante para que el gobierno lidere las iniciativas y expedición de normas que permitan darle viabilidad al sentimiento nacional, tema en el que además se comprometió en la campaña.

Por otra parte si analizamos porque muchos colombianos no participaron en esta Consulta, es claro que no es que estén en desacuerdo con las medidas anticorrupción, sino que consideraron que no era necesario gastar más de trescientos sesenta mil millones de pesos, tan necesarios para solucionar muchos de los problemas que en distintos lugares del país hay o de realizar obras frente a las inmensas angustias sociales que tenemos, cuando está consulta no tenía fuerza legal para que su resultado fuera la aprobación legal de reformas necesarias para erradicar la corrupción de nuestro país y castigar de manera ejemplar a sus responsables. Su resultado sólo refleja un hecho político que debe llevar al establecimiento de medidas que ataquen y castiguen a los corruptos.

La verdad de todo es que más que establecer nuevas normas, aunque algunas serán necesarias, lo importante sería que las existentes se apliquen y se cumplan y no queden simplemente en las normas pero no se logre su cumplimiento. El país necesita como le he dicho innumerables veces rescatar los valores perdidos, castigar severamente a los corruptos y garantizar que los servidores públicos sean personas cuya transparencia garantice el manejo transparente de los recursos públicos.

Además también hay que castigar a quienes sobornan funcionarios para lograr contratos o los contratistas que en la ejecución de los contratos los incumplen o usan malos materiales para obtener mejores utilidades. Porque tan corrupto es quien recibe dineros por corrupción como quien los da. Llegó, pues, el momento de unirnos todos como veedores y fiscalizadores de los bienes y recursos de los colombianos y que el gobierno y la justicia apliquen la Ley y castiguen ejemplarmente a los corruptos. 
Si recuperamos los valores de la ética y la moral entraremos a recorrer el verdadero desarrollo y la educación necesaria para el futuro de nuestra Nación.