EL PRIMER ministro francés, Michel Barnier, pidió el domingo hacer un “esfuerzo nacional” para rebajar el déficit del sector público, pero sin aumentar los impuestos al conjunto de los franceses.
“Los más ricos tienen que participar en el esfuerzo solidario sin incrementar más los impuestos a todos los franceses”, explicó Barnier en una entrevista en la televisión France 2.
“Una gran parte de nuestra deuda está emitida por los mercados internacionales, exteriores, hay que conservar la credibilidad de Francia”, agregó, un día después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, nombrara un nuevo gobierno.
El déficit del país aumentó en los últimos años, y en la actualidad se encuentra en más del 5% del PIB, pese a que la Unión Europea impone a sus miembros contener su déficit por debajo del 3% del PIB.
“No voy a aumentar más el impuesto al conjunto de los franceses que son los que pagan ya más impuestos entre todos los socios europeos”, dijo Barnier. Tampoco aumentará los impuestos “a la gente más modesta ni a la gente que trabaja ni a las clases medias”, agregó.
“Pero no excluiré que en el esfuerzo nacional las personas más ricas participen”, añadió. Barnier debe presentar rápidamente el plan del presupuesto para 2025. Francia enfrenta procedimientos en la Unión Europea por violar las reglas presupuestarias.
Barnier ha defendido así dejar de incrementar la deuda pública, “tanto la ecológica como la financiera. Debemos hacer un esfuerzo colectivo para controlar el gasto. Eso se puede hacer con impuestos concretos a los más ricos, a las empresas. Se puede hacer controlando nuestro gasto público”, resaltó.
Barnier ha afirmado además que no existe una cohabitación, como se conoce en Francia al momento político en el que conviven un presidente de un signo político y un primer ministro de otro.
“Lo que me interesa es que se expresen todas las iniciativas. No estamos en cohabitación y al mismo tiempo no hay una mayoría. He intentado generar una base, que es lo más importante para la Quinta República, y al mismo tiempo esta base estará abierta”, señaló.
Asimismo, Barnier mencionó como una cuestión importante para él, la de la salud mental, que será “la gran causa nacional en 2025” y ha defendido el fomento del deporte siguiendo el hilo de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Contexto
El nuevo gobierno de Barnier cuenta con 39 miembros, procedentes principalmente de la alianza de centroderecha de Macron y del hasta ahora partido opositor Los Republicanos (LR, conservador), que vuelve al poder tras doce años.
Pero la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) ya anunció que presentará una moción de censura contra el gobierno de Barnier, que podría prosperar si la extrema derecha vota finalmente a favor.
En un contexto de crisis política, Macron nombró a inicios de septiembre como primer ministro al veterano político conservador Barnier, quien necesitó dos semanas para tejer una coalición con estas fuerzas de centro y derecha.
Varios miembros del último gobierno repiten como Sébastien Lecornu (Defensa) y Rachida Dati (Cultura) o cambian de cartera como Jean-Noël Barrot (canciller), Catherine Vautrin (Territorios) y Agnès Pannier-Runacher (Transición Ecológica).
El ministro ‘macronista’ Antoine Armand será el próximo ministro de Economía, en un contexto de “situación fiscal muy grave”, en palabras de Barnier, cuando Francia incumple los límites de déficit y deuda públicos fijados por las normas europeas.
Macron, cuyo mandato termina en 2027, optó por Barnier para formar gobierno al considerar que el exnegociador europeo del Brexit, miembro de LR, podría garantizar una mayoría más estable en la dividida Asamblea Nacional (cámara baja).
Sin embargo, la amenaza de una moción de censura sigue presente. Las últimas elecciones legislativas, que Macron adelantó en junio, dejaron tres principales bloques −izquierda, extrema derecha y centroderecha−, todos lejos de la mayoría.