Mientras en la capital del país hay 5,5 millones de ciudadanos aptos para votar, los últimos cuatro alcaldes mayores fueron elegidos con menos de un millón de votos para ocupar el segundo cargo público más importante en Colombia. En las cuatro ocasiones se han registrado conatos de revocatoria, básicamente porque el mandatario de turno no tiene la suficiente representatividad y por ente, gobernabilidad.
Esta problemática ha sido un derrotero para los congresistas en las últimas dos décadas, pero siempre los proyectos de ley se han ‘colgado’ por falta de voluntad política y porque supuestamente se subiría el presupuesto nacional.
Esta ocasión muestra una luz de esperanza para corregir la falta de representatividad del mandatario capitalino, pues con el nuevo Congreso que se instaló el viernes y debido a que los dieciocho representantes a la Cámara por Bogotá, como nunca ha sucedido, se unirían para sacar proyectos que beneficien a la capital.
Legitimidad
Una de las iniciativas de ley que tienen en la mira y que será radicada por el representante a la Cámara por Bogotá José Daniel López en los próximos días, es para corregir la falta de legitimidad y la gobernabilidad del Alcalde de Bogotá, pues deberá ser elegido con la mitad más uno de los votos totales.
El proyecto del representante López indica que si ningún candidato obtiene la mitad más uno, se realiza una nueva votación que tendrá lugar tres semanas más tarde, en la que sólo participarán los dos candidatos que obtuvieron las más altas votaciones.
Como en otras ocasiones, el proyecto de ley se ha ‘colgado’ por los supuestos costos fiscales, pero en la exposición de motivos, el representante por el Partido Cambio Radical, demostró que es más económico para el Estado realizar una segunda vuelta que los altos costos de las fallidas revocatorias de los mandatarios. “Los alcaldes elegidos en las últimas cuatro elecciones han representado entre el 14% y el 25% del total de ciudadanos aptos para votar. Esta tendencia, combinada con la flexibilización de los requisitos para ejercer la figura de Revocatoria de Mandato, arrojan a la ciudad a un permanente estado de polarización e inestabilidad política e institucional”, dijo.
Asimismo y después de un análisis técnico, el representante López evidenció que el costo de la segunda vuelta en la elección del Alcalde Mayor de Bogotá es menor que el costo que representa le revocatoria del mandato. “En temas económicos y fiscales resulta más benéfico hacer una segunda vuelta que la revocatoria ya que tienen un costo menos elevado y que al mismo tiempo permite un gobernante que cuenta por lo menos con la aceptación y el respaldo de la mayoría de la población, lo cual también garantizará que se pueda hacer un uso adecuado del derecho fundamental”.
Normatividad
Ahora resulta que con la nueva normatividad bastaría que 1.124.333 ciudadanos se movilizaran para poder revocar al actual Alcalde Mayor. “Esto es, en la práctica, un incentivo marcado para la inestabilidad política, teniendo en cuenta la baja representatividad electoral de los últimos burgomaestres”, señala la exposición de motivos.
Hay que tener en cuenta que los procesos de Revocatoria de Mandato posteriores a la Ley 1757 de 2015, todos los que han llegado a las urnas han sido fallidos por no cumplir el mínimo necesario de participación electoral; las causales que justifican la solicitud de revocatoria son de interpretación subjetiva por parte de la autoridad electoral; en muchos casos se ha convertido en un medio de revancha política por parte de sectores que perdieron la elección; y se evidencia que algunos movimientos pro revocatorio han iniciado labores desde la posesión misma de un mandatario o, incluso, desde antes.
“Así pues, el país se está quedando con el pecado y sin el género en materia de revocatorias de mandato: hoy hay mayor inestabilidad política y más costos fiscales, pero la figura es ineficaz para lograr la salida de mandatarios que incumplan su programa de gobierno”, explicó López.
Si el Congreso de la República aprueba la segunda vuelta para la elección de Alcalde Mayor permitirá la llegada de mandatarios con una base de respaldo popular más amplia, legítimos y menos vulnerables a procesos de revocatorias de mandatos frágiles y cargados de intencionalidad política.