En los últimos días, aunque se ha registrado una disminución significativa en el número de incendios forestales y sus respectivas emisiones, las concentraciones de material particulado de 2.5 micras han aumentado en la zona suroccidental de Bogotá.
Este fenómeno es resultado de factores meteorológicos y la influencia de algunos puntos calientes que se siguen presentando en regiones vecinas como el Huila, Tolima, Meta y Vichada, los cuales, aunque se han reducido, aún contribuyen aproximadamente al 30 % de las concentraciones de PM2.5, con un aporte cercano a los 3 µg/m³ en promedio.
A pesar de esta disminución, que se presenta en general en Colombia, hay un foco de emisiones que se ha detectado en la región del río Amazonas en Brasil, lo que podría influir en la calidad del aire de Bogotá debido a las trayectorias de los vientos.
Influencia de las masas de aire
Durante la última semana, las retrotrayectorias del viento han mostrado que las masas de aire que llegan a Bogotá provienen principalmente del oriente del país. Este cambio de comportamiento, en comparación con semanas anteriores cuando el viento provenía del sur, ha acentuado la influencia de las emisiones de incendios en la región oriental.
#Noticia 🟢 | Se reducen los incendios, pero aumenta el material particulado en Bogotá.
— Secretaría de Ambiente (@Ambientebogota) September 26, 2024
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Contribución de los incendios al material particulado en Bogotá
La huella de influencia, que mide el impacto de las emisiones en la calidad del aire, indica que las concentraciones de material particulado en la ciudad están influenciadas tanto por fuentes locales como por emisiones provenientes de la Orinoquía.
En particular, incendios forestales en esta región pueden aportar hasta un 0.5 % a las concentraciones de PM2.5 en Bogotá, por cada incendio registrado.
En términos numéricos, se estima que estas emisiones pueden liberar hasta 20 kg de PM2.5 por kilómetro cuadrado al día, mientras que Bogotá genera aproximadamente 30 kg de PM2.5 por kilómetro cuadrado diariamente.
Los modelos meteorológicos muestran que, durante la última semana, el aire que ha llegado a la ciudad ha recorrido grandes distancias, desde el norte de la Amazonía brasileña y con una mayor influencia de fuentes de emisión en la Orinoquía colombiana, en especial en el piedemonte llanero.
Este desplazamiento de masas de aire ha sido detectado en un período de cinco días, lo que refuerza la necesidad de monitorear constantemente las condiciones atmosféricas y las emisiones de contaminantes.
La Secretaría de Ambiente continuará vigilando las concentraciones de material particulado en la ciudad y los factores nacionales e internacionales para determinar los efectos de las emisiones en la salud pública y el ambiente.