Reforma a la salud no es suficiente solución a problemas: Gaviria | El Nuevo Siglo
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Martes, 5 de Junio de 2018
Redacción Nacional

“Una reforma legal no nos va a resolver los problemas del sistema de una buena vez”, dijo el ministro de Salud, Alejandro Gaviria durante un homenaje que le hicieron actores del sector por la gestión realizada en los últimos seis años.

Gaviria sostuvo que “el cambio social no consiste en una disyuntiva binaria entre un sistema perverso, incorregible, y otro armonioso, inmejorable”, anotando que “el reformismo permanente, basado en el conocimiento práctico, es siempre más eficaz que el reformismo ocasional, basado en la exaltación ideológica”.

“El cambio más duradero es el que se produce de abajo hacia arriba”, comentó, al compartir con el auditorio que “un día de esta semana, al final de la tarde, me distraje escuchando las presentaciones sobre los modelos de gestión de riesgo de algunas EPS. Ahí está la reforma a la salud, pensé. Como está también en las innovaciones de calidad de los prestadores. O en el fortalecimiento de las capacidades de las entidades territoriales”.

“Debemos resistir la tentación a destruir sin haber construido. La carga de la prueba siempre estará en quien propone transformaciones absolutas”, sostuvo el ministro Gaviria, agregando que “estos principios implican, entre otras cosas, que la tarea nunca va a estar concluida, que van a existir batallas ganadas y batallas perdidas, que los atajos son una trampa y que la transformación social requiere persistencia”.

“Yo ya estoy a punto de dejar la política. La política tiene mucho de farsa, bien lo sabemos. Pero sería injusto subestimar su papel transformador. Como dijo recientemente Michael Ignatieff, uno nunca abandona la política completamente. Es imposible. En los próximos años seré un espectador, prudente, pero no indiferente. Allí estaré aplaudiendo, silbando y dejando escapar –en ocasiones contadas, los epítetos suenan mejor en porciones mínimas– alguno que otro hijueputazo”, indicó.

“Recibo esta distinción con modestia. Como una muestra de afecto. Y tal vez como el reconocimiento a una tarea incompleta, pero esperanzadora. Siento orgullo de haber podido contribuir, en conjunto con ustedes, a la creación de una sociedad un poco más decente, más justa y más digna”, añadió.

“Quiero, ya para terminar, compartir una coincidencia, una de esas conexiones interesantes que tiene la vida. El primero de junio del año pasado, hace un año, exactamente un año, me levanté con una sensación de llenura, abotagado, inapetente. Doce horas después estaba recibiendo una noticia inesperada que cambió mi vida: ‘Usted tiene cáncer’. Ha sido un año duro. Lleno de vaivenes emocionales. De vueltas y revueltas. De angustias y reflexiones. De bienvenidas y despedidas”, anotó, puntualizando en seguida que “la vida me puso al frente una coincidencia irónica: ser paciente de cáncer y ministro de salud. Yo no creo en el destino. La vida es azarosa y nuestra responsabilidad consiste en aguantar con estoicismo y locuacidad, en cerrar los ojos y contar el cuento”.

“Más allá de toda esta carreta de autoayuda, quiero decirles que aquí sigo en pie: sigo en pie, como dice el poeta, por latido, por costumbre, por no abrir –no quiero abrirla todavía– la ventana decisiva y mirar de una vez a la insolente muerte, esa mansa dueña de la espera", afirmó, agregando que “aquí sigo en pie gracias en buena medida a su afecto, a sus palabras de aliento y bendiciones. Aquí sigo en pie, porfiadamente, balbuceando mi afecto, diciéndoles gracias, muchas gracias. Gracias de todo corazón”.