El director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Diego Mora, manifestó su preocupación por el incremento de amenazas a los periodistas que se ha presentado en las últimas semanas en diferentes regiones del país, frente a lo cual aseguró que están revisando caso por caso.
"Efectivamente en los últimos días y semanas ha habido un incremento sustancial de amenazas a periodistas que ha hecho que estemos revisando constantemente esos casos. Estas amenazas vienen por distintos medios (...) el Gobierno rechaza este tipo de amenazas, la libertad de prensa es un bien supremo que debemos cuidar”, apuntó.
Y así continuó: “Desde la UNP estamos revisando todos y cada uno de los casos. En todos estamos tomando medidas de protección, sé que existe polémica, especialmente con la FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa) sobre los tipos de medidas, pero lo importante es que las autoridades estamos trabajando precisamente para salvar la vida y la integridad de los periodistas”.
Más adelante agregó que “hasta el momento tenemos más de 140 periodistas con alguna medida de protección a nivel nacional. La gran mayoría de estas medidas están con periodistas que se encuentran en las regiones”.
En tanto que Pedro Vaca, director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), dijo que “buena parte de lo que sucede en las regiones no se dice por temor a las represalias, porque Colombia y la historia nos dicen que las amenazas se pueden cumplir”.
Añadió: “En Colombia se tienen por lo menos 18 años protegiendo personas, pero esa noción de protección es como cuando a uno le ponen un traje de bombero y le dicen vaya al incendio. Es decir, no es una protección que elimine el origen del riesgo sino es una protección que obliga al periodista, al defensor, a convivir con el riesgo. Y ahí hay un problema de diseño, un problema de qué entendemos por protección. Nosotros en la FLIP no queremos una prensa escoltada, queremos una prensa libre. Y en esa medida, que la única opción que le quede a un periodista sea estar con un esquema de protección es un paliativo más no es enfrentar el riesgo”.
“Lo que está pasando hoy en materia de protección, es una fiebre más de una enfermedad que lleva muchos años. Yo personalmente desde el año 2013 que estoy en la dirección de la FLIP he insistido constantemente en que lo que se entiende por protección es insuficiente. Un ejemplo: un esquema de protección promedio de un periodista, o sea un vehículo blindado, un escolta, armamento, un chaleco y celulares, etc; puede estar costando alrededor de unos 10 mil dólares mensuales. Eso hace que hablando de cifras del 2016, proteger a 135 periodistas en promedio al año cueste siete millones de dólares. Es decir, este es un Estado que gasta en una parte de protección. Ahora, si uno mira el estado de las investigaciones judiciales de esos 135 casos, están en un punto estéril sin ningún tipo de avance”.