PONENTES Y coordinadores presentaron para segundo debate el proyecto de reforma a la Salud que se encuentra haciendo tránsito por la Cámara de Representantes, en cuanto a eso, EL NUEVO SIGLO habló con algunos de ellos quienes advierten pros y contras sobre lo que ya se aprobó en días anteriores en la Comisión Séptima de Cámara, sin descartar cambios frente a las discusiones del segundo debate.
El representante Andrés Forero, explicó que “luego de ser aprobada en primer debate la reforma a la salud de Gustavo Petro, pero esta propuesta en lugar de resolver los problemas del sistema, agrava los ya existentes y crea otros nuevos. Le da más protagonismo a alcaldes y gobernadores con un riesgo de politización del servicio de salud. Por otro lado, rompe los recursos de la salud y los fragmenta de manera significativa lo que implica que se afecte a los pacientes, pero sobre todo a los pacientes de enfermedades huérfanas o de alto costo. Además, se quitan los incentivos que existen en este momento para evitar que haya un desbordamiento del gasto en salud”.
De igual manera, el congresista sostuvo que “a las EPS las convierte en gestoras y estas van a compartir muchas de sus funciones y responsabilidades con otros actores del sistema lo que implica una menor eficacia. Los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), son la piedra angular del sistema, pero estas instituciones no están en la capacidad de asumir todas las responsabilidades que la reforma les confiere. Esta reforma es un retroceso y muy seguramente el Gobierno tenga mayorías para aprobarlo en la Plenaria de la Cámara, pero no en la Comisión Séptima de Senado, al insistir tercamente en un texto que ya se hundió en el pasado periodo legislativo”.
Por su parte, el representante Alfredo Mondragón del Pacto Histórico, indicó que “el avance de la reforma en la Cámara de Representantes es un hecho positivo para el país, ya que esta reforma insiste en la atención primaria en salud que consiste en acercar el sistema de salud a las comunidades sin que esté centrado en la enfermedad, para darle participación a la ciudadanía, porque cuando la llevan a la enfermedad la llevan a aumentar los costos en el sistema, y es que cerca del 17% de las hospitalizaciones en Colombia son evitables. Se acaba el sistema de autorizaciones que daban las EPS para facilitar los servicios médicos, ahora será el Estado el que asuma el aspecto financiero del servicio sin intermediarios, las EPS que se conviertan en gestoras de salud tendrán que acabar con el sistema vertical en dos años, realizar un saneamiento de pasivos con proveedores y asumir el giro directo completo. Además, el proyecto ajusta las condiciones laborales de los trabajadores del sector, pues la precariedad de los trabajadores es un factor que degrada el sistema”.
Reparos al proyecto
La representante de la Alianza Verde, Martha Alfonso, manifestó que, aunque el texto tiene pocas variaciones en comparación con el anterior, se trata de un articulado más consensuado, “esta es una reforma que en esta segunda versión termina incorporando a las EPS mucho más de lo que nos gusta. La negociación que hace el Ministerio de Salud termina respetando en demaría lo que ya existe. Se desnaturalizaron propuestas que ya teníamos establecidas en la reforma anterior y le da mayor participación a las EPS en muchos aspectos y que han venido haciendo de manera monopólica desde hace 30 años”.
Posteriormente, la congresista señaló que “las EPS no mejoraron la calidad del sistema de salud en Colombia, sino una crisis financiera que el Estado ha tenido que entrar a resolver para evitar la caída del servicio. Afortunadamente, no se negoció la rectoría del sistema ni la eliminación de la intermediación financiera, para que pudiera la Adres administrar los recursos de la salud que son 100% públicos. Muchas entidades y actores del sistema, se van a ver sometidas y regidas por las EPS como ha sucedido desde hace 30 años, hay que permitir el avance de la reforma para hacer ajustes al sistema de salud que lo requiere con urgencia”.