Que los conciertos de la estrella mundial Shakira en Bogotá, uno anoche y el otro hoy en el estadio El Campín, le puedan estar generando a la ciudad un movimiento comercial alrededor de los 136.000 millones de pesos, es una evidencia de la importancia de la industria del entretenimiento y de cómo la capital del país continúa a la vanguardia en este campo.
Según Fenalco Bogotá, cuyo presidente es Juan Esteban Orrego, citando cifras de la Secretaría de Desarrollo Económico, el comercio de vestuario y accesorios registra un aumento en ventas superior al 25% respecto al mes anterior. Tanto en los comercios formales como en los informales las camisetas, buzos, gorras y demás productos alusivos a la barranquillera se han ofertado muy bien. Más importante aún es que a la capital llegaron miles de personas de otras zonas del país y extranjeros para asistir a las dos fechas de conciertos. Se calcula, incluso, que el 30% de la boletería fue adquirida por turistas nacionales e internacionales. Esto explica, también, porque la ocupación hotelera alcanzó un 85% esta semana. A esto debe sumarse el gasto adicional en restaurantes, bares, transporte y otros servicios y productos. De hecho, se estima que se generaron alrededor de siete mil empleos directos e indirectos.
Es claro que Bogotá tiene ventajas frente a otras ciudades del país, sobre todo por la infraestructura hotelera, conectividad de transporte, exigencias de confort, garantías de seguridad, demanda local y externa para los grandes artistas globales, así como por su capacidad logística para albergar espectáculos de talla mundial.
Hay que enfatizar en este rubro de ingresos y movimiento económico. Las políticas nacionales y, sobre todo, las distritales tienen que enfocarse en ello, en coordinación con los empresarios privados. La industria del espectáculo tiene en Bogotá uno de sus principales escenarios latinoamericanos y urge fortalecer ese sitial.