SIN DAR una cifra concreta, el Banco de la República señaló en las minutas de su última reunión, que en el primer trimestre de 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) se desaceleró y creció a un menor ritmo que el previsto por el equipo técnico. Los resultados por el lado del gasto muestran que la demanda interna continúa siendo el principal motor de crecimiento pese a la desaceleración observada durante ese periodo.
Señalan los directivos que los choques negativos se observaron principalmente en la inversión de construcción (tanto de vivienda como de otras edificaciones y estructuras) y en el consumo público: “Para el segundo trimestre se espera un crecimiento económico con cifras desestacionalizadas y corregidas por un efecto calendario ligeramente superior al 2,3% observado en el primero. También se espera una recuperación del crecimiento, a tasas ligeramente superiores al potencial de la economía, en particular hacia el segundo semestre”.
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Sostiene el Emisor que “en lo que resta del año la economía seguirá impulsada principalmente por el mayor dinamismo de la demanda interna mientras que las exportaciones netas seguirán restando al crecimiento”.
Indica en su informe, que la demanda externa relevante para Colombia se continuará desacelerando algo más rápido de lo previsto. Así, para 2019 y 2020 se proyecta que el crecimiento del PIB de los socios comerciales del país sea inferior al observado en 2018.
Riegos
“El crecimiento global presenta importantes riesgos a la baja que provienen tanto de las economías avanzadas como de las emergentes. A pesar del incremento reciente en la prima de riesgo, en términos históricos las condiciones financieras internacionales para Colombia siguen siendo favorables. El escenario central de proyección contempla que, dada la mayor incertidumbre sobre el desempeño futuro de la economía global, la convergencia de la prima de riesgo colombiana a su promedio histórico sería más rápida que la prevista en el informe pasado”, dicen los directivos.
Sin embargo, advierten que “se debe aclarar que el escenario central no incluye el aumento de la probabilidad de un recorte de la tasa de interés de la FED después de su reunión del 19 de junio”.
Asegura el Banco que “acorde con lo proyectado en los informes anteriores, el aumento observado a comienzos de año en los precios internacionales del petróleo habría sido transitorio y hacia adelante, dadas las condiciones de oferta y de demanda en este mercado, deberá converger hacia un nivel cercano a los US$62 por barril (Brent)”.
De otro lado, el informe sostiene que las proyecciones sugieren que el déficit externo como porcentaje del PIB del país de 2019 se ampliará frente a 2018, como consecuencia de un mayor déficit en la balanza comercial de bienes. Esto, como resultado de unas menores ventas externas esperadas y una dinámica de las importaciones en línea con el crecimiento previsto de la actividad económica. Se espera que los demás rubros de la cuenta corriente compensen parcialmente el comportamiento estimado del balance comercial.
Inflación
Asimismo, la inflación anual al consumidor continuó aumentando en lo corrido del segundo trimestre, aunque de una manera más pronunciada que lo esperado, ubicándose en 3,31% en mayo. La inflación anual fue impulsada, principalmente, por el ajuste anual en los precios de los alimentos, explicado por fenómenos climáticos y choques de oferta transitorios, y, en menor medida, por el componente transable, afectado en los últimos meses por la depreciación reciente del peso y por el efecto transitorio de los impuestos a las bebidas alcohólicas. En los últimos dos meses la inflación básica se ha mantenido en niveles estables muy cercanos al 3%.
Señalan que las diferentes medidas de expectativas de inflación superan ligeramente la meta (3,0%). Las expectativas de los analistas se encuentran entre 3,3% y 3,4% a diferentes horizontes no mayores a 24 meses y las derivadas de los títulos de deuda pública alrededor de 3,2%. En síntesis, la inflación observada se encuentra ligeramente por encima de la meta, mientras que el promedio de los indicadores de inflación básica se mantiene por debajo del 3%”. Asegura el documento que la actividad económica enfrentó choques negativos en el primer trimestre, pero se espera que buena parte de estos se reviertan en el trascurso del año, en un contexto en el que persisten los excesos de capacidad productiva de la economía. Con esto, se prevé que la brecha de producto se reduzca en lo que resta del año. Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB. La incertidumbre sobre el contexto externo se mantiene elevada.