Aún sin la existencia de una vacuna contra el coronavirus (COVID-19), varios de los laboratorios más prestigiosos del planeta han divulgado avances en el descubrimiento de una preparación que sea capaz de generar inmunidad contra esta enfermedad, que ha provocado la peor pandemia desde la gripe española de inicios del siglo XX.
Ante la expectativa que ha generado la posibilidad de tener una vacuna contra la COVID-19 en un futuro cercano, el Gobierno colombiano ha divulgado algunos puntos de su estrategia para tener acceso a posibles dosis.
Iván Duque, presidente de Colombia, explicó que la estrategia para adquirir vacunas incluye un componente multilateral y otro bilateral.
Al referirse al componente multilateral, Duque explicó que el país hace parte de la iniciativa Acuerdo para las Vacunas de COVID-19 (Covax, por sus siglas en inglés), que es liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que busca garantizar el acceso a las vacunas en todo el mundo.
Covax es una alianza mundial donde 75 países se han comprometido a financiar las vacunas para su propio beneficio y el de otras 90 naciones de bajos ingresos, que recibirían donaciones mediante la asociación internacional Alianza para la Vacunación (GAVI, por sus siglas en inglés).
Además de estar vinculada a Covax, Duque indicó que la estrategia de Colombia tiene un componente bilateral donde se han establecido contactos tanto con países como con laboratorios que han confirmado progresos y han entrado en las últimas fases en el desarrollo de vacunas.
“No se pueden hacer aproximaciones generalizadas y hay que tratar de enfocarse en los que tienen más prestancia, conocimiento y tradición”, indicó Duque el pasado sábado, sobre los laboratorios y países a los que Colombia ha contactado.
La Cancillería de Colombia informó, la semana pasada, que el país ha establecido contactos con los gobiernos y laboratorios de China, Reino Unido, Estados Unidos y Rusia, que son algunos de los que han divulgado mayores progresos en el desarrollo de una vacuna.
Fernando Ruiz, ministro de Salud de Colombia, aclaró que mucha de la información sobre las negociaciones que adelanta el país con laboratorios y otros Estados no se puede difundir de momento porque hace parte de “acuerdos de confidencialidad”.
En el marco de su estrategia, Colombia puede ofrecerse como un sitio de experimentación frente a eventuales vacunas y hacer parte de una lista de “adquirentes rápidos”, según indicó el Gobierno.
El Ejecutivo colombiano, además, ha enfatizado en que diseña una estrategia para poder vacunar de forma prioritaria a 6,8 millones de personas que se consideran como más vulnerables ante la COVID-19, entre los que se encuentran los adultos mayores de 70 años, el personal médico y pacientes con comorbilidades.
La evaluación de la estrategia difundida por el Gobierno
Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder de la Universidad Nacional de Colombia, evaluó la estrategia difundida por el Gobierno, sobre la que observó una marcada apuesta por el relacionamiento bilateral, más allá de la suscripción en el mecanismo Covax, que en los últimos días ha perdido el respaldo de la Unión Europea por los pagos que se deberían hacer, de forma anticipada, por las vacunas.
Vaca recomienda que el país se una a iniciativas regionales en América Latina desde donde se pueda buscar en bloque, como lo está haciendo la Unión Europea, que las vacunas sean consideradas como bienes públicos, sin derechos de patentes, para evitar que los laboratorios impongan condiciones sobre los precios y la transferencia de tecnologías.
Para Vaca, la región latinoamericana podría en bloque tener un acceso más justo y rápido a las eventuales vacunas, que son urgentes para sus países por ser los más afectados del planeta a causa de la pandemia.
La investigadora se mostró preocupada porque Colombia y en general las naciones de América Latina, con excepción de Costa Rica que ha buscado una alianza regional, han decidido privilegiar el acceso a vacunas con acuerdos secretos en solitario, sobre los que no hay mayor información y que pueden ser poco ventajosos.
“Si no se hace pública toda la información de datos clínicos, de producción, de precios y de cantidades negociadas, va a ser muy difícil que se establezcan alianzas entre países de forma que se garantice la disponibilidad plena de la vacuna”, lamentó Vaca en entrevista con la Agencia Anadolu.
Para la investigadora, la transparencia en la información sobre las negociaciones en torno a las vacunas, junto a su declaración como bien público, son aspectos esenciales que deberían ser incluidos en la estrategia.
“Lo que más nos preocupa es que se haya tomado la decisión de hacer acuerdos de confidencialidad con laboratorios en particular. En especial el acuerdo con Pfizer, dado que es una vacuna con gran incertidumbre en términos de seguridad porque usa una tecnología completamente nueva”, sostuvo la académica.
Otra recomendación de Vaca es que no se hagan compras anticipadas, como exige por ejemplo Covax, de vacunas sin que antes se divulguen los precios, los tiempos de las entregas y los mecanismos de distribución. “No tendría que ser una negociación privada o cerrada, y el manejo de los recursos públicos debería estar completamente claro”, manifestó.
Para Vaca es cuestionable, a su vez, que en Colombia se realicen experimentos sobre el funcionamiento de vacunas, al considerar que el país no tiene una tradición ni una estructura para llevar a cabo ese tipo de ensayos clínicos.
“Sería inaceptable desde el punto de vista ético que nos estuvieran chantajeando con el precio y la distribución de vacunas en función de las personas voluntarias en ensayos clínicos”, manifestó la experta.
Por otro lado, la investigadora lamentó que Colombia no haya considerado producir las vacunas, una vez que se conozcan los componentes de la preparación. Vaca indicó que el país, posiblemente, podría tener la capacidad de generar en sus laboratorios los agentes para la inmunización.
La expectativa por la vacuna llega hasta el Congreso
En medio de la expectativa por el posible surgimiento de una vacuna, el representante de la Cámara de Colombia del partido de Gobierno Centro Democrático, Ricardo Ferro, anunció la radicación de un proyecto que busca que las empresas con ingresos brutos por encima de los COP 1.200 millones (unos USD 322.264), en el año gravable, puedan destinar hasta el 50% de sus obligaciones tributarias, contenidas en su declaración de renta, a la compra de vacunas.
“Es importante hacer claridad en que el empresario no podrá comprar las vacunas donde quiera, sino donde el Ministerio de Salud lo autorice”, indicó Ferro a la Agencia Anadolu.
El representante manifestó, además, que el empresario deberá poner a disposición del sistema de salud colombiano las vacunas que adquiera para que se proceda a su distribución.
Para Ferro, el proyecto le facilitará al país acceder de forma rápida a la eventual vacuna. “Si no agilizamos los procedimientos para que tanto el sector público como el privado, de manera articulada, puedan comprar lo antes posible, difícilmente vamos a poder garantizar a los colombianos el acceso oportuno a la vacuna”, relató.
Pese a la estrategia desplegada por el Gobierno, los intereses políticos y las aspiraciones de la academia, lo cierto es que la vacuna contra el coronavirus aún no existe.
La expectativa se debe a que hay por lo menos cuatro países que afirman que tienen a laboratorios trabajando en la fase más avanzada para conseguir una vacuna efectiva.
Las iniciativas más adelantadas incluyen las que lideran la empresa AstraZeneca, que trabaja en alianza con la Universidad de Oxford en el Reino Unido (de donde saldrían las vacunas de Covax); la compañía Moderna, de Estados Unidos; el laboratorio Gamaleia, de Rusia, y la compañía CanSino Biologics, de China.