Un tercer intento de poner fin a los combates en las fuerzas azerbaiyanas y separatistas armenias en Nagorno Karabaj estalló en pedazos este lunes, ya que las dos partes se acusaron de una "violación flagrante" del alto el fuego negociado en Washington.
Esta "tregua humanitaria" en los combates que se registran en este territorio montañoso del Cáucaso desde el 27 de septiembre tenía que comenzar a las 08H00 locales (04H00 GMT).
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Pero este lunes por la mañana, el ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán acusó a las fuerzas armenias de haber bombardeado la ciudad de Terter y las aldeas cercanas, así como posiciones del ejército de Bakú, al tiempo que aseguró respetar de su lado el alto el fuego.
"Esta mañana, otro alto el fuego entró en vigor y Armenia lo violó nuevamente abriendo fuego sobre la región de Terter", dijo el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev en un discurso a la nación.
Aliyev indicó que ordenó a su ejército mostrar "moderación" y volvió a exigir la retiradas de las fuerzas armenias.
De su lado, el primer ministro armenio Nikol Pachinyan afirmó en Facebook que su país "continúa respetando estrictamente el alto el fuego".
El ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj denunció por su parte disparos de artillería enemiga contra sus posiciones en diversos sectores del frente.
Afirmó además que las fuerzas bajo su control "respetan estrictamente los acuerdos concluidos" y que "las acusaciones del enemigo no tienen nada que ver con la realidad".
El alto el fuego fue negociado durante el fin de semana en Washington en plena campaña del presidente estadounidense Donald Trump para su reelección. Trump prometió solucionar el conflicto, afirmando que sería "algo fácil".
Dos treguas ya fracasaron antes: la primera acordada en Moscú el 10 de octubre y la segunda en París el 17 del mismo mes.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó este lunes que el conflicto continúe en una "fase aguda" y agregó que Moscú estaba listo para "saludar cualquier medida que ayude a detener la guerra".
Bloqueo diplomático
Azerbaiyán y Armenia han protagonizado un amargo conflicto sobre Nagorno Karabaj desde que los separatistas armenios respaldados por Ereván tomaron el control del área en una guerra de la década de 1990 que dejó 30.000 muertos.
La autodeclarada independencia de Nagorno Karabaj no ha sido reconocida por la comunidad global, ni siquiera por Armenia, por lo que, según el derecho internacional, sigue siendo parte de Azerbaiyán.
En Stepanakert, la principal ciudad del territorio separatista, la noche fue calma, según periodistas de la AFP. Pero diez minutos antes de la entrada en vigor del alto el fuego el lunes por la mañana, se escuchó una explosión y podía verse una columna de humo sobre una colina vecina. Luego sonaron disparos de artillerías en dos oportunidades.
La comunidad internacional no ha podido hasta ahora negociar una tregua duradera ni una resolución pacífica del conflicto.
Además, Armenia descartó cualquier "solución diplomática" y Azerbaiyán aseguró que cualquier negociación tenía como condición previa la retirada de las tropas armenias de Nagorno Karabaj.
Azerbaiyán, rico en hidrocarburos, aumentó su arsenal militar en los últimos años, comprando armas a Rusia, Turquía e Israel.
El gobierno turco está acusado por otra parte de haber desplegado combatientes pro-turcos de Siria en el conflicto.
El presidente ruso Vladimir Putin, cuyo país oficia tradicionalmente de árbitro en la región, declaró el jueves que el balance por los combates desde fines de septiembre se acercaba a los 5.000 muertos.
Las fuerzas azerbaiyanas conquistaron en las últimas semanas territorios que estaban fuera de su control desde los años 1990, tras la desaparición de la Unión Soviética, pero aún no se ha producido ningún avance determinante.