ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Noviembre de 2013

La próxima campaña política

 

La columna de la semana pasada, escrita antes de la llamada convención del partido  que está fundando el expresidente Uribe,  fue una manifestación alegre  y  no comprometida, celebrando los movimientos políticos que está viviendo la Nación, incluyendo la reunión del viernes y sábado de la semana pasada, son alentadores con respecto a la vida activa del país, señal de que la dinámica se estaba haciendo presente. Algún comentarista de la vida política decía en cierta ocasión que lo único real en este campo es lo que ya sucedió. Eso no se cumplió tan estrictamente en esta convención porque el montaje de la misma tenía entre sus  propósitos, además de tratar de elegir el candidato uribista, darle por las espinillas a Pacho Santos quien con su alegre, desenfadada y a veces irreflexiva manera de actuar, había resuelto, basado en los altos porcentajes de aceptación, adelantarse a sus contrincantes y tal vez sin consultarle al oráculo mayor, inscribir con el affidávit de José Obdulio la iniciación de la recolección de firmas a su favor. El tiro le salió por la culata porque  despertó el resquemor de la cúpula uribista que resolvió organizar esta convención (¿se podrá llamar convención  o reunión de amigos con metas parecidas?) en la cual le hicieron la operación parado.

Lo cierto es que la reunión tuvo éxito pues se designó al Dr. Zuluaga como candidato a la Presidencia y por ende para adelantar la campaña  en los próximos meses en la cual el contrincante mayor será el Presidente de la República, si es que se decide a optar por la reelección, para adelantar la campaña presidencial. Zuluaga puede contar con el respeto y admiración de los ciudadanos quienes ven en él a un ciudadano probo, serio, responsable que no se detendrá en agravios personales con persona alguna y se propondrá, en cambio de proclamar lo negativo de los contrincantes, decir con toda claridad qué es lo que se propone hacer si resulta elegido. Eso le dará a la campaña un sabor de principios; hace tiempo que eso no se ve entre nosotros por lo cual, si así va a ser la actitud de Zuluaga, celebramos su presencia en esta arena política.

Se han leído las primeras declaraciones de Zuluaga que conducen a una dedicación, acato y obediencia absoluta a su patrocinador Uribe. La lealtad es una buena virtud que no suele ejercerse en estos campos; pero la obsecuencia no parece que sea lo más adecuado para un futuro presidente. Claro que una cosa es ser candidato y otra cosa muy distinta es triunfar. Pero desde ya a los votantes les gustaría ver el carácter de quien se propone  gobernar porque es a todos a quienes va a tener bajo su cuidado. Los estrategas de la campaña seguramente serán lo suficientemente perspicaces como para darse cuenta de las características del candidato y orientarán sus presentaciones, discursos y conferencias para lograr la simpatía de la ciudadanía para obtener los propósitos de la campaña y conquistar a sus conciudadanos. Muy buena suerte le deseamos.