En 2004, Mark Zuckerberg crea Facebook, junto a otros compañeros de Harvard. La idea principal de Facebook era intercomunicar a los estudiantes de Harvard de forma virtual entre sí, y lo logró, pero no solo consiguió eso, sino que transformó al mundo. Mark Zuckerberg, Eduardo Saverin, Andrew McCollum, Dustin Moskovitz y Chris Hughes, en aquel entonces “roommates”, casi que adolescentes lograron cambiar la forma en la que el mundo se comunica de forma simultánea, sincrónica, vigente y eficaz, algo como nunca existió.
Intercomunicación es la comunicación recíproca, que transmite información, conocimiento, datos, experiencias y hasta vivencias o sensaciones. Pero, lo más valioso es la información. La información cuesta, es vital para sobrevivir y para trascender, además traspasa la barrera espaciotemporal cuando se transmite, se comparte o se transa vía web, de forma instantánea y precisa. Zuckerberg lo entendió. Así como, en la recordada película del “graduado” protagonizada por Dustin Hoffmann, un amigo de su familia le dice que piense en el futuro, y que le futuro son los plásticos. Y así es, el futuro fue en buena parte el plástico, hoy ya mandado a recoger, sin embargo.
Así como, el futuro en ese momento eran los productos desechables, livianos, resistentes al agua, ergonómicos y económicos, Facebook fue en su momento y es aún ahora parte del futuro. Un futuro, que hace parte de la era de las comunicaciones, que, para los conocedores del tema, se puede denominar “era de Acuario”, y así suene más a astrológico y hasta esotérico, tiene que ver es con el modernismo; el desarrollo de nuevas tecnologías; la informática y las comunicaciones. La humanidad necesita de entendimiento y comprensión, y es por eso, por lo que no solo la historia se detuvo con Facebook, sino que, se fue cada vez más complementando con otros aplicativos, webs y plataformas.
Instagram termina por revolucionar la era de la intercomunicación, y ni hablar de WhatsApp, Youtube, ahora “Tick Tock”, también MySpace en su momento, son solo algunos ejemplos de la transformación de la sociedad, más que de la transformación de las comunicaciones en el mundo moderno. Pero, las comunicaciones y la misma comunicación reciproca, se expandió hasta áreas como el amor, lo que para el innovador filósofo judío polaco anglicanizado Zigmunt Bauman es “el amor líquido” y “la sociedad líquida”. El caso de las redes sociales o aplicaciones para conocer pareja, que han para bien o para mal, transformado algo tan significativo.
Dentro de la misma lógica, que alguna de estas aplicaciones se caiga, suspenda, presente fallos o lo que se le parezca, se convierte en un gran problema para sus usuarios. Un problema de índole personal, de impotencia, de síndrome de abstinencia y de desasosiego.
Así que, si un día el problema temporal se convirtiera en un problema final, definitivo, ¿cómo va a reaccionar esto, en especial, la generación Z y de paso los “milennials”, al ver que su mundo se esfuma tan rápido como se formó, así no lo recuerden. La era de la intercomunicación, tal vez, en vez de haber mejorado las cosas, las he complicado más, al crear una dependencia virtual, difícil de explicar incluso, pues todo descansa en nubes, en gigas, en discos duros, en una misteriosa base de datos, a la cual nunca llegaremos a dominar como sociedad del todo, y más bien que nos domina y dominará. Sin hacer a un lado el tema de la privacidad.
@rosenthaaldavid