MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 6 de Noviembre de 2013

Óscar  Iván Zuluaga tiene excelentes calificaciones para ser Presidente de Colombia, pero hoy lo mejor del candidato por el Centro Democrático, partido liderado por el expresidente Álvaro Uribe, es la furia que dicha candidatura causó a las Farc y a los columnistas, congresistas y políticos ampliamente reconocidos como amigos de ese grupo.  

Inmediatamente se conoció la selección de su nombre en la convención de su partido, el grupo narcoguerrillero y sus acólitos de los medios salieron a despotricar de Zuluaga. Ese solo hecho me hace pensar que Óscar Iván Zuluaga, además de ser un hombre probo, de gran efectividad, como lo ha probado en los cargos que ha ejercido, es la persona que Colombia necesita para trancar la cascada de exigencias de las Farc en la mesa de negociaciones en La Habana.

Zuluaga con seguridad actuará como dique para impedir la impunidad que pretenden las Farc, la equiparación de sus delitos con los de las Fuerzas Armadas y la reorganización del Estado y el campo colombiano de acuerdo con su diseño, como si ellos fueran los vencedores. Un vocero de las Farc manifestó, que Zuluaga es una “amenaza clara” contra el proceso de paz.

Señores narcoguerrilleros, la única amenaza clara contra la paz son ustedes que pretenden cubrirse de privilegios antes de dejar las armas. Como si Colombia les debiera favores. Sin detenerse a pensar cuánto habría avanzado Colombia en salud, educación, vivienda e infraestructura si no hubiera tenido que enfrentar este absurdo conflicto.

Cuán felices seríamos los colombianos si no hubiéramos perdido tantas vidas de hombres, mujeres y niños colombianos, en esta lucha estéril.

No habría sido mejor que ustedes hubieran aceptado, como lo hicieron otros grupos, una de las muchas amnistías que se les han ofrecido a través de estos años de sangre.

Acaso no han visto cuanto han avanzado aquellos que dejaron las armas y hoy, para bien o para mal, se destacan en la política colombiana.

Ustedes son quienes, desde hace 50 años, han asolado a Colombia. Y quienes durante medio siglo han traicionado todos los intentos de paz que se les han ofrecido. Los que después de obtener todo lo que deseaban, inclusive el despeje de 42 mil Km. cuadrados, durante el Gobierno de Andrés Pastrana, dejaron vacía la silla de la negociación, arrasando así con la esperanza de paz de los colombianos.

Son ustedes los que ahora, en medio de estas negociaciones, buscan ante todo gabelas personales, posiciones políticas, impunidad, sin jamás ofrecer deponer las armas, reconocer sus crímenes, o pedir perdón por las más de 200 mil víctimas de este conflicto, los niños y adultos inválidos debido a sus minas “quiebrapatas”,  los millones de desplazados y los campos y pueblos sembrados de tumbas.  

Dicen ustedes que Zuluaga es un “títere de la guerra”. Son ustedes los títeres de la guerra, enamorados de las riquezas que han obtenido del narcotráfico, el despojo de las tierras y los ganados y los secuestros millonarios.

 El hecho que ustedes ataquen enfurecidos a Óscar Iván Zuluaga es la mejor señal de que este es un buen candidato.