A veces llegan cartas… | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Agosto de 2019

“De Sudán a Groenlandia, instantáneas de lo que pasa en el mundo”

… desde Jartum, Sudán, donde, tras la caída del ominoso régimen de Omar al Bashir -cuyo palmarés personal incluye dos órdenes de arresto proferidas en su contra por la Corte Penal Internacional, por su eventual participación en crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad-, se ha establecido un gobierno de transición democrática. Ello ha sido posible gracias al compromiso de los militares -cuya intervención fue crucial para el fin de la dictadura- y la plataforma que agrupa a las fuerzas de la oposición.

Tres años de plazo para la normalización -que culminará con la celebración de elecciones plenamente democráticas-, un gobierno compartido, constitución de un parlamento transitorio (con miembros designados, no electos todavía) y la renovación de la judicatura, son las piezas clave de la fórmula transicional adoptada. No será fácil transitar ese camino: implica superar el legado de tres décadas de dictadura, construir un mínimo de confianza entre actores mutuamente recelosos, inyectar viabilidad a la economía (de la cual dependerá, en buena medida, la viabilidad de la transición misma), e incluso sortear las presiones derivadas del gran juego de intereses de las potencias extrarregionales…  Entre tanto, a Omar al Bashir lo juzgarán por corrupción, antes que por los atroces crímenes que conforman su prontuario. Una carta que debería leerse a propósito de Venezuela.

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… desde la Amazonía, Amazonía, donde el fuego geopolítico se suma al fuego que consume a gran velocidad enormes extensiones de selva en el “pulmón del mundo”. Porque poco ayuda el presidente Macron con su peculiar manera de “internacionalizar” la catástrofe, llevándola a la agenda del G7 y presionando a Bolsonaro con la amenaza de bloquear un eventual acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur.  Sus declaraciones se hacen eco de aquellas de Pascal Lamy (también francés, y primer director de la Organización Mundial del Comercio), que ya en 2005 propuso castigar a Brasil e “internacionalizar” la Amazonía ante el avance de la deforestación. Ello despierta miedos atávicos en Brasil -que muchos otros comparten, aunque no expresen-, y difícilmente contribuye a lograr la convergencia requerida para enfrentar, en sus causas, síntomas y consecuencias, uno de los principales desafíos globales contemporáneos.  Una carta que debería leerse para consolidar el componente ambiental y de sostenibilidad de la política exterior y la política de defensa y seguridad de Colombia.

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… desde Biarritz, Francia, donde se reúne una de las familias más disfuncionales de la política internacional, el G7. Con Trump, intempestivo, impredecible, y -ya se sabe- poco amigo de sus amigos y aún menos amigo del multilateralismo. Con la señora Merkel, que prácticamente llega de salida. Con Trudeau, a quien acosan sombras internas. Con Boris Johnson, cuyo debut es, para decirlo a la manera de Churchill, “un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”. Con una Italia algo a la deriva, entre un gobierno ya muerto y otro aún incapaz de nacer. Con Japón, en plena guerra comercial con Corea del Sur y cada vez más receloso frente al clima de seguridad en su vecindario inmediato.  Y con Macron como anfitrión, haciendo malabares y gimnasias para que esta cumbre del G7 no acabe confirmando que estos son los tiempos del G0. Una carta que debería leerse para entender por qué el mundo, como dijo Hamlet, está fuera de quicio.

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… desde Groenlandia, en el Ártico, donde al absurdo anacrónico de la propuesta del presidente Trump, de comprar la isla a Dinamarca, subyace una lógica implacable: que por cuenta del calentamiento global -que paradójicamente el propio Tump desdeña- esa isla y esa región del mundo adquieren un valor estratégico que ya viene despertando el interés (y la ambición) de las grandes potencias.

Una carta que debería leerse para anticipar el futuro y comprender “el retorno de la geopolítica” y la “venganza de la geografía”.

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desde el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Bogotá, en donde se ha presentado un “Barbero de Sevilla” muy pulcro y bien logrado, que hubieran disfrutado enormemente Gloria Zea y el recordado Fernando Toledo, que tanto hicieron por la ópera en Colombia.