Hallan anidación de dos especies de colibríes de tierras altas andinas | El Nuevo Siglo
COLIBRÍ PARAMUNO (Aglaeactis cupripennis), que habita en los bosques de Colombia, Ecuador y Perú.
Foto: Mauricio Ossa-Humboldt
Miércoles, 27 de Enero de 2021
Redacción Medio Ambiente

Son huidizos y se alimentan en pleno vuelo batiendo sus alas hasta 100 veces por segundo. Al recibir los rayos del sol, sus plumajes se pintan con llamativos colores similares a los de piedras preciosas como rubíes, zafiros y esmeraldas. Pueden volar hacia atrás y cuentan con finos picos alargados, curvos y rectos para beber el néctar de las flores.



Se trata de los colibríes, aves que solo habitan en el continente americano y de las cuales se han descrito más de 300 especies. De este total, 165 revolotean por los bosques e incluso zonas urbanas de Colombia, cifra que lo convierte en el país con mayor cantidad de este tipo de aves.

Un nuevo estudio publicado por el Journal of Natural History revela por primera vez datos sobre la anidación de dos especies únicas de Sudamérica: el colibrí haz de sol de penacho blanco (Aglaeactis castelnaudii), endémico de Perú, y el colibrí paramuno (Aglaeactis cupripennis), que habita en los bosques de Colombia, Ecuador y Perú.

Cuatro investigadores, liderados por David Ocampo, ornitólogo e investigador de las colecciones biológicas del Instituto Humboldt, describieron el nido, huevos y polluelos del colibrí haz de sol de penacho blanco del Perú.

“El nido de esta especie de colibrí es compacto, en forma de copa y con una capa interna compuesta de material vegetal beige suave, posiblemente de helechos y semillas. La capa externa es de musgo fresco y telarañas, decorada con trozos de corteza, hojas y líquenes”, cita la publicación.

Los huevos pesan 0,8 gramos y son completamente blancos y simétricamente ovalados, como es común para toda la familia (Trochilidae).

En cuanto al colibrí paramuno, que fue estudiado en las tierras altas del sureste de Perú, los expertos utilizaron sensores térmicos instalados en sus nidos para analizar los comportamientos de incubación.

“Los horarios de actividad diaria de la especie comienzan entre las 05:08 y las 05:23 de la mañana y continúan durante todo el día, haciendo más de 100 viajes fuera del nido para buscar alimento y acicalarse. Hacia las seis de la tarde regresa al nido para permanecer toda la noche incubando los huevos”, revela el estudio.

Diariamente, la hembra invierte el 61 por ciento de su tiempo cuidando el nido y sus huevos. Los investigadores estiman que esta especie parece estar utilizando dos estrategias de comportamiento distintas, modificando el número y duración de sus viajes fuera del nido para mantener las temperaturas óptimas de los huevos para el desarrollo embrionario.

Según Ocampo, los hallazgos sugieren que estas respuestas de comportamiento durante la etapa de anidación pueden contribuir a la reproducción exitosa de este género en hábitats a altas elevaciones.

“También proporciona una base para entender los comportamientos reproductivos de especies que habitan en ambientes retadores y con problemas de conservación, como las tierras altas andinas”, aseguró el investigador del Instituto Humboldt.



Los colibríes del género Aglaeactis están restringidos a las tierras altas andinas, desde Colombia hasta Bolivia. “Si bien, la ecología del colibrí paramuno es relativamente bien conocida en comparación con las otras tres especies del género, que presentan rangos de distribución restringidos, aún hay mucho por aprender sobre la reproducción de estas y otras especies que habitan los trópicos”.

Estos nuevos hallazgos para la ciencia son producto de una colaboración entre David Ocampo, investigador del Instituto Humboldt; Gustavo A. Londoño, de la Universidad ICESI de Cali; Rachel E. Hanauer, de la Universidad de Indiana; y Harold F. Greeney, de la Estación Biológica Yanayacu.