Todos pensamos que la digitalización acelerada y obligada que trajo la pandemia (esta eterna pesadilla) alejaría a los consumidores del viejo y querido televisor. Nada de eso. La televisión tradicional supo adaptar sus contenidos y parrillas para volver a capturar la atención de la gente.

Algunas cosas no cambian. Así las situaciones sean inverosímiles. Por más que la pandemia cambió los hábitos de consumo, y vida, de millones de personas una de las industrias que mejor supo adaptarse a la tal nueva realidad fue la televisión. Al menos eso muestran algunas estadísticas publicadas recientemente.

Colombia quizá sea un caso de estudio mundial. De acuerdo con un análisis publicado por la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), para el 2020, se registraron 6,06 millones de suscriptores del servicio de televisión por suscripción, presentando un aumento de más de 131 mil suscriptores al compararlo con el año 2019, lo que representa una variación de 2,2%.

El mismo estudio hizo un análisis geográfico de la distribución de los suscriptores se evidenció que las cuatro ciudades principales (Bogotá, Barranquilla, Cali y Medellín) representan el 42,68% del total de suscriptores por televisión en el país. Al revisar de manera detalla el comportamiento de los suscriptores se encontró que las ciudades de Medellín y Barranquilla presentaron un incremento frente al 2019, con variaciones de 5,1% y 2,2%, respectivamente.

El hecho que los suscriptores a la televisión por cable hayan aumentado en un año tan particular como el 2020 se explica, quizá, en tres aspectos fundamentales: los eventos en vivo, el baúl de los recuerdos y las tradiciones.

Primero, debemos recordar que por al menos cuatro meses del 2020 no tuvimos ningún evento en vivo por televisión. ¿Recuerdan el boom que hubo con un partido de la liga alemana de fútbol cuando regresó la competencia? Una vez volvieron los partidos, conciertos o eventos en vivo, los consumidores se congregaron en el televisor para pasar mejores momentos en tiempos de fríos e inhumanos confinamientos.

En cuánto a los recuerdos, al menos en Colombia, la estrategia de los canales de revivir producciones exitosas fue un golazo. Al no poder producir contenidos nuevos, echaron manos de sus grandes hits y, de fondo, le dieron a la audiencia el recuerdo de mejores viejos tiempos. Eso hizo que la gente volviera a pegarse a la TV.

Y, por último, pasan las décadas, cambian los dispositivos, cambian las formas de consumo, pero las tradiciones siguen vigentes. Las familias todavía se siguen reuniendo alrededor del televisor, ahora mirando el celular y viendo videos en Instagram, pero todavía pasan tiempo en torno a un dispositivo que sí o sí sigue en la sala del 90% de los hogares de países como Colombia.