POR PRIMERA vez, Colombia se enfrenta a una crisis de inseguridad alimentaria aguda que impacta a 1,3 millones de residentes, lo que representa el 3% de la población, mayormente en zonas rurales. Además, un 62% de los migrantes y refugiados en el país (2,9 millones de personas) también padecen esta situación crítica, mientras intentan cruzar la región en busca de mejores condiciones de vida.
Un informe reciente de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) en colaboración con la FAO y otras agencias de la ONU, dejó al descubierto la realidad de la inseguridad alimentaria que atraviesa América Latina y el Caribe, con una situación particularmente alarmante en Colombia y Haití.
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La investigación del Informe Global de Crisis Alimentarias 2024, adscrito al Programa Mundial de Alimentos (PMA), sostiene que los ciudadanos colombianos padecen “uno de los niveles más altos de pobreza, desigualdad de ingresos e informalidad laboral” de la región, pese a ser “un país de ingresos medios o altos, con una alta capacidad gubernamental para apoyar a su población”.
Clima extremo
Explica el informe, que los fenómenos meteorológicos extremos fueron el principal factor de inseguridad alimentaria aguda para las poblaciones residentes. Colombia es propensa tanto a la sequía localizada como a las fuertes lluvias durante los eventos de El Niño, y las regiones caribeña y andina experimentaron una reducción de las precipitaciones a partir de agosto en adelante.
En general, el fenómeno de El Niño 2023/24 representa un riesgo para alrededor de 9,3 millones de personas en la mitad de los municipios del país, con 2,9 millones de personas con alta probabilidad de verse afectadas por los efectos de la sequía y las pérdidas de cultivos y ganado.
Asimismo, las inundaciones y los deslizamientos de tierra dañaron la infraestructura de transporte y refugio, limitando los medios de subsistencia y obstaculizar el acceso a 1,6 millones de personas, o el 3% de la población residente analizada, que se enfrentaron a niveles graves de inseguridad alimentaria aguda según el informe.
Las regiones
Describe el análisis, que la gravedad de la inseguridad alimentaria fue mayor en las zonas rurales y particularmente en los departamentos de La Guajira, Sucre, Caquetá, Córdoba, Arauca y Putumayo, debido principalmente a los bajos ingresos y la alta vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos extremos.
Mientras tanto, el número de personas que se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda es mayor en las zonas urbanas, lo que refleja la densidad de población. 2,9 millones de personas, es decir, el 62% de la población analizada, se enfrentaban a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda. De ellos, el 14% atraviesa un desequilibrio en la alimentación considerado aguda-grave.
Colombia acoge a un gran número de migrantes y refugiados de países vecinos. Alrededor del 73% de los migrantes pendulares y en tránsito se enfrentaban a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, en comparación con alrededor del 52% de los migrantes con intensidad.
Historia de la crisis
Explica la investigación de la ONU, que la población residente de Colombia se identifica por primera vez enfrentando una crisis alimentaria en un país que ocupa un lugar destacado en el Índice de Desarrollo Humano.
Además, la economía del país se ha recuperado notablemente bien de la crisis de la covid-19. Esto expone a la población residente a la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria aguda y crónica.
La aguda crisis de inseguridad alimentaria se ha deteriorado para las poblaciones migrantes y refugiadas desde el análisis anterior realizado en 2019, cuando el 55% de la población total de 1,6 millones de refugiados y migrantes con intención de asentarse, se enfrentaba a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
El tamaño de la población analizada también ha aumentado, con más de cuatro veces más migrantes y refugiados analizados en Colombia en 2023 que en 2018.
Explica el informe que, sin embargo, la producción de arroz básico se situó por encima de la media en 2023, y es probable que la situación de la oferta sea adecuada para las necesidades de consumo.
Conflicto/inseguridad
A pesar de los esfuerzos actuales de consolidación de la paz, Colombia está clasificada con condición extrema en el Índice de Conflictos ACLED, (ACLED, enero de 2024).
En 2023, los grupos armados atacaron cada vez más a civiles en los departamentos fronterizos colombianos de Arauca, La Guajira, Cesar, Norte de Santander y Nariño.
Tanto los residentes como las personas migrantes y refugiadas experimentaron desplazamientos e interrupciones de los servicios sociales, siendo las comunidades indígenas y afrocolombianas marginadas las más afectadas.
Dice la investigación que “es probable que muchas personas migrantes y refugiadas, en tránsito hacia otros destinos o que realizan movimientos pendulares, se encuentren en zonas fronterizas peligrosas e inaccesibles, como el Darién, y sufran amenazas a la seguridad personal por parte de los traficantes”.
Crisis económicas
Por otra parte, el informe describe que “la aguda inseguridad alimentaria de los migrantes y refugiados está intrínsecamente ligada a la falta de oportunidades económicas, con años de dificultades en su país de origen y donde ya habían agotado sus oportunidades de desarrollo”.
Además, la tasa de desempleo de los migrantes y refugiados fue casi el doble que la de los residentes, con un 18%, mientras que el 37% informó de discriminación a la hora de buscar oportunidades de empleo.
Ingresos
Alrededor del 70% de los hogares migrantes o refugiados tienen ingresos por debajo del umbral nacional de pobreza (que en 2021 era de US$347 para una familia de cuatro miembros) y no pueden cubrir sus necesidades básicas.
Indica el reporte que los elevados precios de los alimentos y los alquileres provocaron una erosión del poder adquisitivo, lo que puso en peligro su consumo de alimentos nutritivos y dio lugar a mecanismos de afrontamiento negativos.
Las poblaciones residentes estaban mejor posicionadas para beneficiarse de una mejora general del panorama macroeconómico en 2023, con una ligera mejora de la tasa de empleo y una disminución de la tasa de inflación general hasta el 9% a finales de 2023.
Poca tierra cultivable
El docente Luis Cáceres, del programa de agronomía de la Universidad Nacional, experto en temas de soberanía y seguridad alimentaria y nutricional, comentó a varios medios que “este panorama de inseguridad alimentaria no es nuevo. La FAO había lanzado la alerta porque había varios escenarios que estaban mostrando que todo lo que estaba en riesgo de inseguridad alimentaria”.
“Muchos de los insumos que se necesita para la producción de alimentos vienen de afuera especialmente los fertilizantes dependemos de otros países para abastecernos y junto con eso la guerra que está ocurriendo ese momento en que planea con Rusia, pues también afectó al suministro de fertilizantes todo eso obviamente está afectando”.
Sostuvo que “hay que fortalecer la soberanía alimentaria del país y eso implica que nuestros agricultores tengan los recursos necesarios para producir alimentos y es necesario recalcar que Colombia es uno de los países que tiene mayor concentración de la Tierra”.
“El 80% de nuestros pequeños agricultores tienen menos de 5 hectáreas y en ese 80% de agricultores ocupan alrededor del 20% de la de la tierra disponible para producción de alimentos, el otro 80% está en este en grandes extensiones de Tierra que no siempre se usan para la producción de alimentos”, dijo.
La inflación de alimentos
La inflación de los alimentos disminuyó a lo largo del año del 26% en enero de 2023 al 5% en diciembre. Las mayores superficies plantadas impulsaron una producción nacional de arroz y maíz superior a la media en 2023, lo que se esperaba que reforzara el suministro de alimentos en un país que depende en gran medida de las importaciones de alimentos para satisfacer las necesidades de consumo nacional. No obstante, los bajos niveles de ingresos de una gran parte de la población residente, especialmente en las zonas rurales, impidieron una diversidad dietética adecuada para muchos hogares, lo que provocó niveles agudos de inseguridad alimentaria.