APENAS UN día después de que el Congreso le aprobara al Gobierno el proyecto de reforma pensional, tras lograr un acuerdo con los liberales y La U para que el umbral de cotizaciones obligatorias a Colpensiones no fuera de tres sino de 2,3 salarios mínimos mensuales, el presidente Gustavo Petro incumplió anoche ese pacto político y volvió a insistir en que la Cámara apueste por la meta original de 4 salarios mínimos.
En alocución radio televisada, el jefe de Estado hizo una defensa puntual de cada uno de los cuatro pilares que plantea el proyecto del sistema de jubilación, pero de manera sorpresiva dijo que le iba a pedir a la Cámara que lo acompañara en la propuesta de insistir en que el umbral de cotización obligatorio a Colpensiones sea de 4 salarios mínimos y no de los 2,3 que aprobó la plenaria del Senado, pese a que esto último había sido acordado en sendas reuniones en las últimas dos semanas en la Casa de Nariño entre los ministros del Interior, Luis Fernando Velasco, y de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, con la mayoría de las bancadas del Senado de los partidos Liberal y La U, cuyos votos fueron trascendentales para evitar que la iniciativa se hundiera en la plenaria.
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El anuncio presidencial sorprendió a todas las bancadas por tanto los citados ministros habían indicado, el martes en la noche, tras la aprobación en plenario de Senado, que se apostaría por una rápida aprobación de la iniciativa en la Cámara de Representantes, partiendo de la base de que el articulado no sufriría mayores ajustes y modificaciones en la Comisión Séptima de la Cámara, como tampoco en la plenaria de dicha corporación legislativa.
De hecho, la mayoría de los parlamentarios gobiernistas aseguraban que el camino de la reforma ya estaba despejado por cuanto a que el Gobierno tiene mayor margen de acción política, tanto en la Comisión Séptima como en la plenaria de la Cámara, no solo por contar con el apoyo mayoritario de la bancada liberal, y puso por fuera las directrices del jefe de la colectividad, expresidente César Gaviria, sino porque, además, la casa de Nariño tiene el respaldo de la mayoría de los titulares de las 16 curules de víctimas del conflicto, una figura que no existe en el Senado.
Es más, trascendió que el Ejecutivo le estaba pidiendo a los parlamentarios de su coalición que evitara lo más posible de modificar el articulado, con el fin de que no se diferenciara mucho del aprobado en el Senado y, por esa vía, evitar que la iniciativa se pudiera complicar en la instancia de conciliación con la Cámara Alta.
Sin embargo, como ya lo evidenciaba anoche las reacciones de representantes de distintas bancadas y de senadores de los partidos de oposición e independientes, así como de liberales y de La U, al igual que la bancada de los verdes y los partidos cristianos, ahora el debate se vuelve a prender por cuanto es muy fuerte la negativa a que más del 90% de los aportes de los 25 millones de afiliados al sistema pensional en el país (casi 19 millones de ellos que hoy cotizan en los fondos privados), pasen obligatoriamente a Colpensiones.
Incluso, varios congresistas acusaron al Gobierno de estar haciendo un ‘conejo’ político, sobre todo a los liberales y La U, a los que habría engañado en la plenaria del Senado para que apoyaran la reforma, ocultándoles que una vez se superara el segundo debate, el presidente Petro volvería a insistir no en volver a la propuesta de los 3 salarios mínimos, sino a la inicial de 4.
¿Qué pasará?
Así las cosas, según lo decían anoche analistas, gremios y parlamentarios, la posibilidad de que la reforma se hunda vuelve a ponerse sobre la mesa, ya que el tema del umbral de los 4 salarios mínimos fue el que trabó la discusión de la reforma por más de 14 meses en el Senado y solo cuando el Gobierno aceptó bajarlo a 2,3 salarios, la iniciativa pudo superar ese cuello de botella.
El problema más grave ahora es que a este tramo de la legislatura solo le quedan siete semanas de sesiones ordinarias y retrotraer la discusión a la polémica propuesta inicial de 4 salarios mínimos podría dilatar los tiempos de debate en la Comisión Séptima y plenaria, al punto que no se superen estos dos debates restantes antes del 20 de junio, lo que abriría la posibilidad de que el proyecto se hunda de forma definitiva.
Como se sabe, tanto los gremios de la producción como el de los fondos privados de pensiones, llevan más de un año advirtiendo que Colpensiones no tiene la infraestructura ni la capacidad técnica para administrar más del 90% de las cotizaciones al sistema.
De igual manera, han señalado de forma reiterada que restringir los aportes de las pensiones a los fondos privados solo para quienes ganen más de 4 salarios mínimos, que hoy sería una suma superior a los 4,2 millones de pesos, prácticamente marchitaría la funcionalidad de estas entidades, ya que es muy bajo el porcentaje de asalariados que ganan por encima de ese sueldo referenciado.