Análisis EL NUEVO SIGLO

Como ningún otro país en la región, Chile ha tenido un gusto especial por las ideas libertarias o liberales. Esta condición no obedece solamente al periodo en el que los “Chicago Boys” dominaron la política macroeconómica en los años 1970, iniciando un periodo liberal.

En su ADN -si es que los países tienen uno-, Chile casi siempre ha incorporado ideas liberales, tanto en el plano político como en el económico (siempre vale la pena hacer esta diferenciación). La historia nos lo recuerda, con varios ejemplos.

Huyendo de la dictadura de Juan Manuel Rosas en Argentina, en 1844, Juan Alberdi -Milei se inspira en él y en sus patillas- fue recibido con los brazos abiertos en Chile, un país que lo invitó a participar en el proyecto liberal de Diego Portales, junto con otros grandes pensadores latinoamericanos como Juan García del Río (colombiano) y Andrés Bello.

Una vez más, los chilenos están particularmente interesados por un político liberal en este 2025. Se llama Johannes Maximilian Kaiser Barents-von Hohenhage, o Johannes Kaiser, uno de los favoritos en las encuestas para las elecciones presidenciales de este año (octubre). En ellas, empata con Evelyn Matthei (centroderecha) y aparece muy por encima de Valentina Tohá, una veterana política de izquierda. ¿Y, José Antonio Kast?

Aparecer, con un caído Kast

Hasta hace muy poco, Kaiser era un desconocido. Muchos lo confundían con su hermano menor, Axel, un habitual comentarista de economía en Chile y América Latina, también libertario. Aunque su canal de YouTube venía creciendo en suscriptores por sus críticas sistemáticas desde 2019, año de las protestas sociales, Johannes Kaiser no era más que un agudo comentarista con aspiraciones políticas, como tantos que se ven en las redes sociales.

En la derecha, además, había poco campo para nuevas figuras. Perdedor en segunda vuelta con Boric, desde 2019 José Antonio Kast había logrado convertirse en la principal voz de la oposición al presidente socialista.

El tiempo ha ido pasando desde entonces. Boric fracasó en su proceso constitucional, mientras, Kast se ha empezado a desdibujar. Para algunos chilenos, el derechista ha sido cómplice del mal momento que atraviesa el país al haber participado en el anterior proceso constitucional, así hubiese sido como un activo opositor. La política de ahora castiga hasta el simple acto de participar para oponerse.

Los vientos soplan a favor de Kaiser por su faceta antisistema, también. Sus dos rivales en la derecha, Kast y Matthei, han sido parte del tradicional partido conservador, UDI ‒Kast fundó otro partido hace poco‒ y representan la derecha tradicional chilena que ha tenido fuertes vínculos con la clase empresarial y la iglesia católica, ambos con regulares índices de apoyo entre los chilenos.

Para los libertarios, ese vínculo entre empresa y partidos ha creado oligopolios que han impedido la dinámica libre y natural que necesita el mercado. “A veces, a ciertos intereses económicos no les interesa que haya libertad económica”, dijo Kaiser a Americas Quaterly.

Kaiser, un destello

De 49 años, Kaiser es para muchos un mejor contendor que Kast para enfrentar a la izquierda. “Si usted identifica a la derecha con aquella que quiere un estado más pequeño, entonces yo estaría a la derecha de Kast”, le dijo a CNN esta semana. “La primera medida que tomaría sería hacer una auditoría forense en el Estado”.

Sin dilaciones, Kaiser se define como “un reaccionario” que defiende el derecho de propiedad y el estado pequeño. Es un producto “muy chileno”, lejos de la “motosierra” de Milei y toda la puesta en escena que acompañó al ‘león’ cuando ganó la presidencia argentina.

Las diferencias entre Milei y Kaiser, dos libertarios, se encuentran en la historia política de sus países. Tras 70 años de peronismo, el presidente argentino viene buscando transformar radicalmente su país e insertarlo en los mercados internacionales. Mientras, el aspirante a la Casa de la Moneda en Santiago defiende el antiguo orden legal y económico al considerarlo bueno para la prosperidad del pueblo chileno.

Seguidor de Ron Paul, el político libertario de Estados Unidos, Kaiser fue formándose en esta doctrina económica desde una silla de un hotel en Austria, donde vivió y trabajó en otras tareas hasta 2019. A diferencia de Milei, que abandonó la teoría neoclásica económica y se pasó al anarcocapitalismo luego de leer a Murray Rothbard cuando trabajaba en la academia y algunos centros de pensamiento en Buenos Aires, Kaiser es un libertario alejado de los libros.

“He trabajado como obrero, como camarero, como vendedor de bonos, he hecho mil cosas diferentes”, dijo Kaiser, en una entrevista con Americas Quaterly, una revista sobre América Latina. “Boric fue un activista estudiantil, entró en el Congreso y se convirtió en presidente. No ha trabajado ni un solo día de su vida”.

Senador desde 2021, el aspirante libertario aterrizó en la política impulsado por más de 150.000 seguidores en Youtube, donde construyó una comunidad que lo seguía por sus duros comentarios contra la inmigración de personas provenientes de Haití, Colombia y Venezuela. Actualmente, en Chile el 9% de la población es de origen extranjero, según el periódico La Tercera.

El discurso en contra de la inmigración y a favor de un estado austero y reducido ha despertado tanto interés entre los chilenos, que Kaiser ha formado el Partido Nacional Liberal (PNL), el cual justamente esta semana se convirtió en la fuerza de oposición con la mayor cantidad de militantes inscritos, con 46.000.

Un libertario nuevamente emerge como una voz alternativa en la derecha de un país latinoamericano. Aunque la cultura política en Chile es muy diferente a la de Argentina, con una tendencia a construir coaliciones entre partidos moderados, no comparar el momento de Kaiser con el que tuvo Milei, cuando saltó del Senado a la carrera presidencial, es inevitable.

¿Llegará otro libertario a la presidencia de un país en América Latina?

*Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.