El fin de la guerra en Ucrania, una posibilidad | El Nuevo Siglo
EL VICEPRESIDENTE J.D Vance, lidera la comitiva norteamericana que estará en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde revelará la iniciativa de Trump para poner fin al conflicto ruso-ucraniano.

Martes, 11 de Febrero de 2025
Pablo Uribe Ruan*

A pocos días de que se cumplan tres años de la invasión de Rusia en Ucrania, el mundo vuelve a reunirse para hablar de su posible fin. Esta guerra, que ya deja más de 150,000 muertos, podría tener un desenlace distinto si los interesados en que termine empiezan a construir una alternativa viable este viernes en Múnich, Alemania, donde se celebrará la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), mejor conocida como “el Davos de la Seguridad”.

A POCOS días de que se cumplan tres años de la invasión de Rusia en Ucrania, el mundo vuelve a reunirse para hablar de su posible fin. Esta guerra, que ya deja más de 150.000 muertos, podría tener un desenlace distinto si los interesados en que termine empiezan a construir una alternativa viable este viernes en Múnich, Alemania, donde se celebrará la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), mejor conocida como “el Davos de la Seguridad”.

En su 60 edición, el Davos de la seguridad llega en un momento marcado por el aumento de las guerras entre dos estados, aunque se registra una disminución de las guerras civiles, como describe el último reporte de ACLED Data, una interesante iniciativa que monitorea la violencia el mundo.

Para contextualizar el momento, antes de la conferencia, la MSC publica su informe anual, que este año se titula “Multipolarización”, una palabra ideal para un mundo que está en medio de un tenso proceso entre las fuerzas que persisten en su defensa de las instituciones liberales de la posguerra mundial y otro, que con la llegada de Donald Trump, busca reordenar el mundo, bajo principios todavía no muy claros.

“El poder se está desplazando hacia un mayor número de actores con capacidad para influir en cuestiones globales clave, y por otra, crece la polarización tanto entre países como dentro de ellos, lo que está dificultando la adopción de enfoques conjuntos ante las crisis y amenazas globales”, dice el informe.

Entre uno y otro grupo de países, sin embargo, parece haber consenso sobre un tema. Salvo Putin y algunos de sus aliados, como Irán, y tal vez Turquía, todos quieren que termine la invasión militar de Rusia a Ucrania o que al menos se llegue a un cese el fuego, esquivo desde que comenzó la guerra hace ya tres años. Este interés lo comparte desde el hoy aislacionista Estados Unidos hasta los integrantes de la Unión Europea, con sus diferencias entre miembros cada vez más claras.

Enviado por Donald Trump para representar a Estados Unidos, el vicepresidente, J.D Vance, lidera la comitiva norteamericana junto a Keith Kellogg, el enviado especial de Washington para manejar los asuntos con Ucrania. Desde Múnich, la misión de ambos será dar a conocer al mundo los planes del presidente norteamericano para que se llegue a una solución que ponga fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Días después de haberse posesionado, Trump, según el New York Post, habló con Vladimir Putin sobre estos planes y su posible visita a Moscú, en una fecha que aún está por conocerse.

Kiev quiere negociar

Frente a un gigante como Rusia, Ucrania siempre ha tenido la voluntad de llegar a un acuerdo que cese las hostilidades. A solo dos meses de que las tropas de Putin avanzaran hacia el centro del país, una comitiva de Zelenski impulsó las tratativas exploratorias con los delegados del presidente ruso en Turquía, sin que se llegara a ningún acuerdo, como se ha visto.

Tres años después, y luego de importantes incursiones en ciudades estratégicas de Rusia como Kursk, el ejército ucraniano está empezando a dar señales de debilidad con sucesivas derrotas en el frente y pérdidas de miles de hombres, además de que occidente cada vez está poniendo más problemas para proveer armas más letales indispensables para soportar los ataques de Moscú.

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El mundo vuelve a poner el foco en la guerra ruso-ucraniana, que lleva tres años, ante la propuesta que presentará Estados Unidos para ponerle fin./Archivo AFP

A raíz de ello, Zelenski ha asegurado la semana pasada que su país está dispuesto a entablar diálogos de paz con Rusia, con la condición de que estén acompañados por Europa y Estados Unidos. “Si la gente cree que debemos pasar a la vía diplomática, y creo que estamos listos para pasar a la vía diplomática, deben estar presentes Estados Unidos, Europa, Ucrania y Rusia”, declaró al periodista británico Piers Morgan, que tiene un popular canal de Youtube.

El portavoz del Gobierno ucraniano, el famoso alcalde de Kiev y exboxeador, Vitali Klitschko, ha ido más allá. En charla con The Kiev Independent, ha dicho que el “conflicto armado en Ucrania puede terminar en uno o dos meses con un compromiso muy doloroso”.

Hasta el momento, Putin considera que no hay espacio para una negociación en la medida de que Zelenski es un presidente ilegítimo, que no celebró las elecciones presidenciales el año pasado.

“Compromiso muy doloroso”

La frase del alcalde de Kiev no puede pasar desapercibida. Un compromiso doloroso, como la llama, puede significar el fin de la guerra a un costo alto como ceder una parte de territorio de Ucrania y abandonar el sueño de los ucranianos de pertenecer a la alianza militar de la OTAN y a la Unión Europea. Cuando se desató la guerra, Rusia insistió en que Ucrania había incumplido los Acuerdos de Minsk de 2014 en los se establecía su neutralidad como país ajeno a las organizaciones económicas y militares europeas y transatlánticas.

Un interesante análisis del centro de pensamiento Carnegie Endowment For International Peace, con sede en Londres, presenta dos posibles escenarios con los que Rusia y Ucrania podrían estar de acuerdo. El primero podría ser aquel en el que Ucrania acepte algunas pretensiones territoriales de Rusia, siempre y cuando Moscú acepte que Kiev tendrá una garantía de seguridad por parte de terceros países de protegerlo. Al margen de la OTAN, se trata de posibles acuerdos de defensa mutua como los que tiene Estados Unidos con Japón, Corea del Sur y Filipinas.

Si el camino no es el anterior, Ucrania podría insistir en asegurar unas capacidades en defensa y disuasión a través de docenas de acuerdos bilaterales que ha firmado con varios países durante los tres años de guerra. Lo que faltaría es que se elaboren “en una forma legalmente vinculante con objetivos claros, normas comunes, estimaciones definidas de apoyo y aprobación por las legislaturas de los socios”.

Desgastado y con señales de recesión en varios países, el mundo pone nuevamente todo el foco en Ucrania y el posible fin de la guerra en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde, pese algunos rumores, Vladimir Putin no va estar.

*Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.