Las cotizaciones de los alimentos siguen presionando el costo de vida, que en el acumulado de este año llega al promedio establecido por el Banco de la República
El resultado de la inflación de julio de 0,22% sorprendió a los mercados que esperaban una cifra menor. Este comportamiento ha provocado que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegue a 2,94% en entre enero y julio y que se establezca en 3,79% en el comportamiento de los 12 meses.
Estas cifras se deben principalmente a las presiones en el rubro de los alimentos con 0,39% y por el rubro de no transables (0,18%).
De acuerdo con analistas privados, “consideramos que la evolución alcista de la inflación no llevará a un movimiento de la tasa de interés por parte del Banco de la República y que la evolución reciente acorta considerablemente el margen para efectuar un recorte. Por ello, mantenemos nuestra perspectiva de estabilidad en la tasa de interés para lo que resta del año”.
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Factores
Señalan que un elemento a destacar es que, de acuerdo con la composición del resultado, los cierres viales lucen como un determinante secundario en la evolución de dichos precios. Por su parte, la dinámica de la inflación básica (0,17%) fue explicada por los gastos asociados a la vivienda y algunos servicios de recreación. Con todo, la lectura para julio fue superior a su promedio de la última década (0,11%) y también al reporte de un año atrás (-0,13%). La inflación anual se elevó hasta 3,79%, cerca del techo del rango de tolerancia del Emisor.
Una cifra similar no tenía lugar desde finales de 2017. Además, se confirma una tendencia de cinco meses consecutivos (desde el registro de febrero de 3,01%), de avances en el indicador. Que la inflación en 12 meses haya alcanzado estos niveles se debe a dos razones primordiales: la evolución de la canasta de alimentos y el efecto de una baja base de comparación. Muestra de ello es que un año atrás la inflación de alimentos fue particularmente baja (-0,56% mensual; 1,22% anual).
En contraste, en la actualidad persisten condiciones más restrictivas para la oferta de estos productos, y por ello la inflación de esta canasta avanzó en julio a ritmos del 5,82%.
Los incrementos
La canasta de alimentos lideró la evolución agregada del IPC. Esta categoría presentó un avance mensual de 0,39%, como resultado de un incremento de 0,66% en la inflación de los alimentos para consumo dentro del hogar y una caída de 0,05% en los precios de los restaurantes.
En el primer caso, el resultado fue consecuencia de un alza en las frutas frescas (3,91%, en donde se destaca el mango), cereales (1,42%, principalmente arroz) y las legumbres (cebolla). Conviene mencionar que, por ejemplo, en el caso del arroz (3,65%) la variación fue homogénea a lo largo del territorio del país y también que la participación de los alimentos tanto en Bogotá como en Villavicencio fue de segundo orden.
Por este motivo, en la presentación de los resultados el DANE descartó que el cierre de la vía que conecta al centro del país con los llanos orientales haya sido causante principal del ajuste en los precios de productos agrícolas.
La inflación anual de los alimentos avanzó hasta 5,82%. De nueva cuenta, esta lectura se sitúa en máximos de dos años. Detrás de esta evolución se encuentra la combinación de condiciones de oferta que han sido más restrictivas para los volúmenes de abastecimiento agrícolas, en parte como consecuencia de condiciones climáticas comparativamente más adversas y los efectos de una baja base de comparación frente al año anterior.