Discurso de Amlo divide entre “'fifís' y 'chairos' | El Nuevo Siglo
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Sábado, 15 de Diciembre de 2018
Pablo Uribe Ruan
Armando Regil, CEO del centro de pensamiento i2CoSchool, de México, habló sobre el reto que significa para su país la llegada de AMLO, un hombre que ya ha dado varias señales del populismo que marcará su gobierno

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EL NUEVO SIGLO: ¿Qué circunstancias políticas llevaron a que López ganara tan fácil en México?

ARMANDO REGIL (AR): Son muchas las razones por las que el camino se fue pavimentando durante la administración de Peña Nieto. Se prometió mucho y no se empezaron a sentir los beneficios de las reformas. La corrupción se desató, esto sumado a una violencia creciente. Fue como en cascada, que fue generando un desgaste en la administración.

Conectó con un electorado harto, frustrado, temeroso. Él habló en la campaña de su estrategia “abrazos, no balazos”. Hubo muchos años, también, de un egoísmo que hizo que hubiera una burbuja cada vez más grande entre los que tenían capacidad de incidir con la realidad de los demás mexicanos.

El gobierno saliente selló un pacto de impunidad en el que respetaba el resultado de la elección, mientras que el gobierno entrante no tocaba a nadie del gobierno anterior.

ENS: La corrupción fue el eje de su campaña. ¿No había otros temas más estructurales que abordar?

AR: El toda la vida criticó la mafia del poder. López Obrador está redactando una “constitución moral”. Es muy delicado ponerse como juez moral. La actitud que él ha tomado es “yo perdono”. Todo está conectado. Una mala política económica, que eventualmente te puede generar una fuga de capitales, puede ser un caldo de cultivo para generar más violencia. El problema es que no existe la claridad de una estrategia integral. Es muy confuso.

ENS: ¿Qué errores cometió la clase política mexicana?

AR: Una palabra de tres explica todo: el ego. El ego cegó a políticos y empresarios, que ignoraron una realidad más violenta, más pobre. ¿Qué pasó? Una cúpula que ignoró a la mayoría, permitió que López conectara con la gente. López sabe que lo que más le conviene es que la gente no piense. Por eso anuncia acabar con la reforma educativa.

ENS. El tono divisionista que maneja López entre “chairos” y  fifís, ¿no hace muy difícil legitimar a la oposición desde la calle, desde lo popular?

AR: Una de las cosas más peligrosas es que la oposición no existe. El PAN quedó profundamente fracturado. El PRD prácticamente desapareció. Movimiento Ciudadano tiene uno que otro bastión, pero muy poco. Morena quedó regado por todo el país.

Ante esta realidad creo que es un gran momento y esperamos que si vamos a sufrir no sea tan fuerte como para acabarnos pero sí para despertarnos. Como la oposición está dividida es momento de pensar cómo construir nuevos movimientos políticos.

ENS: ¿No cree que la comunidad política, de centro y derecha, suele estar alejada de los asuntos políticos, a diferencia de la de la izquierda?

AR: Está en una la sociedad civil que despierte, que sea más consciente y que decida ser mucho más responsable para defender sus libertades y derechos. Yo aprendí una cosa del presidente Flórez de El Salvador: “qué hace cuando no existe una alternativa, la única opción es crearla”.

Creo que el debate izquierda - derecha está agotado. El problema es de tiempo. Por eso insisto en que hay que pensar de manera creativa como rebasar al gobierno. Estamos acostumbrados a pensar de manera muy cuadriculada. La buena noticia al final de todo esto es: qué gran momento vivimos para repensarlo todo.

ENS: No están la izquierda y derecha más fuerte.

AR: Es más fácil que la gente se conecte con causas que con ideología. En momento el que el PAN y el PRD hace una alianza, es claro que  es “el poder por el poder”. Lo que está pasando en la calle que es que la gente está más interesada en conectar con causas con ideologías.

Mi gran preocupación es que después de un desgaste, después de un proceso electoral como el que vivimos en México, es que la energía está muy dispersa. La izquierda es muy hábil para crear enemigos. Como muchas cosas no salen como quieren, van fracturando a la sociedad. Para mí, Armando, como ciudadano no militante de un partido, se trata de mirar como sociedad civil qué hacemos para elevar la energía ciudadana. Cuando nuestra atención está puesta en todo lo que nos divide, nos lleva “a la chingada”; cuando nuestra atención está puesta en lo que nos une, nos lleva a la “chingonería”.

ENS: Usted ha hablado mucho “de lo que se viene”, ¿qué es lo que cree que se va venir?

AR: No va ser fácil porque se van a imponer muchas cosas. No hay mayor amenaza para la libertad que la concentración del poder, como la tiene él y su partido. Él dijo que va ser un cambio radical -pero pacífico- ¿Qué quiere decir radical? Los riesgos van a ser muchos.

ENS: ¿Ve algo positivo en el gobierno de AMLO?

AR: Con todo lo que he visto en estos años me cuesta mucho trabajo creerlo. Ante una realidad que no podemos cambiar de manera inmediata, deseo de corazón que lo que ha prometido suceda. Sin embargo, creo que “el beneficio de la duda” se fue agotando durante la transición, porque él mismo se fue contradiciendo una y otra vez.

Dijo “vamos a combatir la corrupción” y luego “ya no vamos a tocar a ningún corrupto”; “el ejército no puede estar en la calle”, después “hay que sacarlo, porque los policías no son suficiente”; atacar a los empresario y, de pronto, “hacerlos parte de un consejo asesor”. Resulta muy preocupante y poco creíble.

ENS: ¿Qué va pasar con el sector empresarial? ¿Qué va pasar con los medios? Hay muchas preguntas en el aire. Habrá que observar los primeros días de gobierno.

AR: Una de las cosas clave de la administración de Peña Nieto fue lograr que se firmara el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Las cosas estaban medio atoradas y López Obrador manda un negociador clave. Dentro de todo, esto me da un poco de esperanzas en el sentido de que con Estados Unidos no puedes pelearte.