Una de las cosas más importantes para el desarrollo de un país es la posibilidad de la buena interconexión, aérea, fluvial, férrea, vial, entre otras.
En el caso colombiano, tenemos un territorio muy lindo con nuestras tres cordilleras, el río Magdalena acompañado de otros bellos y amplios ríos, estamos rodeados de dos océanos y contamos con llanuras y zonas selváticas. Somos, evidente y afortunadamente, un país rico en recursos naturales.
Sin embargo, recorrer nuestro país por vía terrestre no es fácil por la complejidad de su topografía.
Esta es una de las razones por las cuales el transporte aéreo ha sido fundamental para nuestro país.
A través de los años hemos tenido en Colombia a Avianca, una de las dos compañías aéreas más antiguas del mundo, surcando nuestros cielos y esto nos ha permitido interconectar las distintas regiones, abrir polos de desarrollo turísticos y la posibilidad de negocios en una u otra región.
Actualmente, contamos con diversas compañías aéreas que nos conectan, entre las cuales para todo colombiano Avianca es la más importante y lleva nuestra bandera. Con altibajos en sus condiciones financieras, lleva más de cien años ofreciendo su servicio no sólo dentro de Colombia sino ofreciéndonos conexiones a las principales ciudades del mundo en cualquier continente.
El capital de la empresa principalmente ha pertenecido a empresarios colombianos e incluso a nuestro Estado. Hoy está en manos de accionistas extranjeros pero eso no hace que el mundo deje de verla como la aerolínea colombiana.
Hoy, las circunstancias generadas por el Covid-19 tienen a Avianca en grandes y mayores dificultades económicas, hasta tal punto que se ha visto en la necesidad de declararse en banca rota y acogerse al reconocido Chapter 11 en Estados Unidos, la Ley de quiebras americana que indudablemente puede servirle para protegerse y también posiblemente para obtener alguna ayuda del gobierno americano, pues si bien sus condiciones financieras eran críticas, esta pandemia la ha puesto en jaque.
En mi caso concreto, por trabajo, he viajado y utilizado los servicios de Avianca tanto dentro de Colombia como en el exterior.
Con Avianca he compartido malas experiencias; demoras en vuelos, cancelación de otros, multas por cambio de itinerarios que en ocasiones me han costado más que el mismo pasaje o que comprar uno nuevo, entre muchas otras cosas. He sido siempre, y lo debo reconocer, un pasajero exigente y además activo en mis quejas cuándo anomalías como las relacionadas se han presentado.
Pero cada día he valorado el significado de Avianca, el gran símbolo que representa para nuestro país, y siempre he reconocido el buen servicio que en la mayoría de las ocasiones ha prestado, la calidad que en general ha tendido y el gran papel que ha jugado para el desarrollo de nuestro país, no sólo en transporte de pasajeros y abriendo puertas al turismo sino también de carga de exportaciones e importaciones.
Podemos estar seguros que no lograremos tener un servicio aéreo como el que ha venido prestando Avianca en la historia de nuestro país, razón por la cual invito a todos aquellos que tienen responsabilidad en el manejo de este tema a de manera desapasionada busquemos una buena solución en este tema crucial para el desarrollo nacional y regional. No podemos dejar desaparecer Avianca sin antes tener una solución a nuestra interconexión.