CARLOS ALBERTO ESTEBAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Junio de 2012

La pesadilla continúa

 

No soy psicólogo y por eso quisiera saber las razones por las cuales los colombianos y con ellos los medios de comunicación, en su mayoría muestran predilección por las malas noticias, aquellas que se refieren a la barbarie, a las muertes, a los atracos, a la extorsión, a los asaltos, a las bombas. Lo mismo que a quien no es culpable se le hace aparecer como el más cruel y desalmado, para luego rectificar cuando el daño está hecho. Las entrevistas reflejan la intención del entrevistador en ese mismo sentido. La entonación de quienes en los noticieros anuncian los titulares denota su afán de infundir alarma y sobresalto. Y como si fuera poco, la televisión, sin importar el horario familiar, también se especializó en reproducir escenarios violentos, criminales y de corrupción de todos los matices.

Tanto así que ahora con gran pompa se ha comenzado a transmitir la vida de Pablo Escobar, como si lo que vivió el país del nefasto personaje y su sinnúmero de atrocidades no hubiese sido suficiente para no querer volverlo a recordar.

Por supuesto, la pauta comercial será cuantiosa; sin embargo, vaya uno a saber qué otro propósito político se fragua tras de todo esto.

Lo cierto es que ya cuando creíamos superada esa época que segó la vida de ilustres personalidades como de mucha gente inocente, ahora tengamos que volver a padecerla por cuenta del seriado.

Más bien, por respeto para con quienes fueron sus víctimas y sus familias, sin fines comerciales otra debería ser la forma de registrar esa desafortunada realidad.

No se trata de ocultar lo sucedido, pero pensemos también en que una de las grandes responsabilidades de los medios de comunicación es educar, construir valores y promover las buenas costumbres, además de inducir la paz.

‎​Entretanto, el país sigue siendo víctima de su propia mala fama, la que a diario nos encargamos de difundir mas allá de nuestras fronteras y, lo que es mas grave, envenenando en su interior a toda una población, entre ella a la juventud y la niñez quienes tienen la función de construir un mejor mañana, comenzando por superar la pesadilla de la violencia, de esa de la que los mayores paradójicamente, pareciera nos resistimos a despertar.

*Exgobernador del Tolima