Luego del judaísmo, del islam y del cristianismo, en Israel, se encuentra otra fe, que, aunque no tiene una comunidad como tal de fieles en Israel, al igual que la mayoría de las otras religiones, sus lugares más sagrados se encuentran en territorio israelí, en específico al norte del país. Acre y Haifa son las ciudades a las que sus peregrinos vienen de forma continua a la Tierra Santa, también para los seguidores del bahaísmo. En estas correspondientes ciudades está tanto la casa del fundador de la fe, es decir, Abba Effendi, mejor conocido como Abdul Baha, hijo del revelado Mirza Hussein-'Alí Nurí, conocido por sus fieles como Bahá'u'lláh.
Aunque el fundador fue el Bab, quien a sus 25 años declaró haber sido designado por Dios y ser "el Mahdi", es decir “el esperado” o “el guiado” en el islam. El Bab, que significa puerta en árabe, sería fusilado 6 años luego en Tabriz, Irán, debido a su revelación.
El bahaísmo, tiene una presencia mundial, a pesar de ser una religión pequeña, hay alrededor de 8 millones y medio de almas que siguen el mensaje del Bahá'u'lláh, quien es para ellos un profeta de Dios, tal como lo habría sido Abraham, Jesús, Mahoma, etc.
A Israel asimismo peregrinan anualmente un millón doscientas mil personas para visitar la última residencia en de Abdul Baha, en la ciudad de Acre y por supuesto los hermosos jardines Bahá’í en Haifa, también conocidos como “los jardines colgantes de Haifa”, incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, en reconocimiento a su “valor universal excepcional” como lugares sagrados y de peregrinación para los seguidores de la fe Bahá'í.
Los bahà'ís creen que, después de la muerte, el alma del ser humano pervive y sigue trascendiendo en otras esferas de la existencia y, por eso, el objetivo de la vida es desarrollar el aura espiritual del ser, en todos los aspectos que lo acercan a la otra existencia.
A pesar de ser una religión con un mensaje lleno de paz y de armonía, en sus inicios fue fuertemente perseguida por el islam chiita en la antigua Persia, hoy Irán; y sus seguidores fueron cruelmente torturados y ejecutados. Incluso Abdul Baha. Por esta situación el debió huir y exiliarse en diferentes locaciones, como en Turquía, de donde también sería expulsado por los otomanos, y así terminaría estableciéndose en la hoy Israel, en aquel entonces de posesión otomana.
Teniendo en cuenta toda esta gran historia y la importancia de sus lugares sagrados, también turísticos para muchos, me reuní con David Freeman, representante de la oficina en Jerusalén del centro mundial de Bahá’í, para conocer de primera mano más sobre su movimiento religioso.
Así, Freeman me comentó que desde 1868, cuando Abdul Baha, llegó a San Juan de Acre, una ciudad que fue puerto romano, luego que tiene importancia en el medioevo con los templarios también, y que significaría para el movimiento religioso y espiritual que Abdul Baha representaba, su lugar de asentamiento final. Equiparando al bahaísmo así, con las tres religiones monoteístas, en el sentido mismo de la consagración de Israel como Tierra Santa, también para él y su religión.
Sin embargo, Acre era una ciudad prisión, considerada por los turcos y por las gentes de la época como un destino final de este mundo terrenal para el condenado. Mas, él logró sobrevivir y salir victorioso de los macabros planes que los turcos le tenían, solo por pregonar, algo diferente al islam. Luego de Acre, se desplazaría sutilmente hacia el monte Carmelo, ese mismo monte, que es para el judaísmo un lugar sagrado desde hace miles de años cuando el profeta Elías acabó con los seguidores del Baal. También ha sido un lugar sagrado por el cristianísimo, por la manifestación de la Virgen María, y asimismo lo era para los esenios.
En el domo o cúpula dorada en los jardines en Haifa, en el Carmelo, yacen los restos del Bab. El Santuario del Bab o Mausoleo del Bab, es el lugar más sagrado dentro de todo el complejo.
El bahaísmo que pregona “Únete a los seguidores de todas las religiones con un espíritu de amistad y compañerismo”. Asimismo, para los bahá’ís, los jardines son una alegoría sobre la humanidad y sobre la armonía que debería de existir entre cada ser, representado por cada flor.
Twitter: @rosenthaaldavid