De gestores a voceros de paz | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Diciembre de 2022

Bienvenido el furioso debate que levantó en los diferentes medios de comunicación, el anuncio del señor presidente de la República, Gustavo Petro, sobre el futuro programa para formar un grupo representativo de gestores de paz, quienes recibirán un pago mensual de un millón de pesos. Sorprendente el proyecto y audaz la idea.

Se trata de un anuncio que remolca una serie larga de conjeturas e inquietudes, donde descollará el tema económico, que por lógica siempre estará presente en todo proyecto gubernamental, pues sin recursos es imposible desarrollar propósitos u objetivos. Sin embargo ante la magnitud de la iniciativa, el andamiaje gubernamental presenta alternativas valederas, como la posible cooperación internacional, estrategia que en otros tiempos género recurso ante propuestas bien elaboradas y sustentadas, como podría ser la de gestores de paz.

Independiente de lo anterior vienen otras dudas o inquietudes en lo relativo a las capacidades de los candidatos, su formación intelectual y  aptitudes propias para este tipo de misiones, donde no se puede improvisar por ningún motivo, ya que la dimensión del objetivo es a más de amplia, muy, pero muy ambiciosa, por lo cual suponemos que la capacitación debe obedecer a un programa académico exigente, comprobado y consolidado, ante lo cual no vemos entidades más indicadas que las universidades del país, por contar con las instalaciones, cuerpo docente y experiencia necesarias para estas lides.

Con el fin de no extendernos más, solo nos queda conocer de primera mano cuales son los objetivos claros y precisos de este proyecto, a que comunidad va dirigido y cuál sería la muestra primaria a valorar.

Seria de suma urgencia que el gobierno nos explicara a qué se refiere con el término voceros de paz, porque entendemos que es un programa diferente y nada tienen que ver los gestores con aquellos voceros; porque allí se está hablando de personas que recuperaran la libertad luego de ser capturadas durante las protestas sociales, a quienes se les investirá con la calidad de voceros y participaran en procesos de paz, diálogos y negociaciones. Algo extraño y de aparecía amañada.

Lejos de mi invocar la idoneidad, si por lo menos preguntar dónde los capacitarán, quien los controlará y ante quien responderán. Además, no pretendo adentrarme en el tremendo debate jurídico que enfrenta esta estrategia, que como lo venimos observando tiene para mucha tela que cortar, ante los magistrados y jueces de diferentes tribunales. Nos basta con aclarar si los tales voceros son los mismos gestores, porque de ser así, tenemos un mar de confusiones que juega en contra de la democracia y justicia. Si me lo permiten veo una amenaza aterradora ante la posible confusión, pues el objetivo de los gestores a nivel universitario no se puede adelantar con delincuentes eximidos.