DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Domingo, 10 de Junio de 2012

Crimen despiadado

 

Aterroriza al país el crimen cometido contra una pobre y humilde mujer que fue raptada, ultrajada, violada y empalada por unos monstruos de la sociedad en Bogotá. No cabe en mente alguna este horrendo acto de sevicia y crueldad, a que la mujer fue sometida después de que los aleves criminales abusaron de ella y cometieron semejante barbarie. Es algo tan perverso que escapa a la imaginación de guionistas de películas de horror.

A qué punto de descomposición humana se ha llegado, qué pueden tener en su alma esas personas, qué nivel de degradación de la vida humana hemos alcanzado, cómo alguien es capaz de hacer algo así.

Estos cuestionamientos nos los hacemos ante la perplejidad, porque en el entendimiento de la inmensa mayoría de los colombianos estos hechos azotan nuestra moral.

Es urgente examinar la formación ética de nuestros hijos, qué clase de educación les estamos dando, porque de ahí es que principia todo, del hogar, de la manera como formemos a los niños tendremos hombres y mujeres de bien, incapaces de hacer barbaridades. Pero cuando en el hogar y las escuelas o colegios descuidamos la comunicación y los dejamos a la deriva, es cuando ellos adoptan malos hábitos que terminan en hechos violentos y despiadados.

Mucho de lo que sucede en el país es porque se está educando a la juventud sin Dios y sin ley, ya no hay temor, pues de esa manera es fácil dejarse desbordar porque el castigo no existe. La premisa es que lo puedo hacer y nadie dice nada, así se roba, se viola y se mata sin que nada pase. Resultado de esa falla son los crímenes como el de Rosa Elvira y muchos más.

De manera que la única solución para evitar esas atrocidades es una sólida educación a los hijos y tener controles sobre ellos, que permitan conocer sus inclinaciones para conducirlos por los caminos correctos de la vida aun con todas sus amenazas, pero la verdad que es urgente hacerlo.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional