Los números que maneja Disney, el mayor emporio económico del entretenimiento, son alarmantes. Aunque sea difícil de digerir el gigante de orejas de ratón no está facturando tan bien como en años anteriores. Tanto sus parques de diversiones, como sus gigantes plataformas registraron números rojos.
Pero concentrémonos en la división de streaming y contenidos. Según cifras que Bob Iger, el propio CEO de Disney reconoció sólo este trimestre van a perder cerca de 800 mil millones de dólares. Una friolera. Dicen las malas lenguas que los números son tan complejos que el gigante de gigantes está considerando su venta a otro emporio: Apple. Pero de ese movimiento tenemos que hablar en otra ocasión.
Pero, ¿cómo llegó Disney al punto de considerar su venta? Porque hasta hace unos meses Disney era todopoderosa. La respuesta sencilla sería la pospandemia. Pero hay mucho más. Por un lado, es cierto que desde que las personas volvieron a salir a las calles para hacer vida, el consumo de contenidos por streaming se cayó aparatosamente. Pero esa es la razón superficial.
En 2018, Disney se embarcó en la compra de 21 Century Fox. Un hito histórico para la industria de los contenidos, pero también una erogación de dinero infernal. Sumado a esto, Disney también ha desembolsado millones y millones de dólares para comprar derechos de transmisión y diferentes franquicias de entretenimiento. Pero las cifras no cierran.
Mientras que Disney+ es la plataforma de streaming que más ha crecido en lo que respecta a número de usuarios nuevos, sigue sin llegar a punto de equilibrio. Ahora que estamos en época de declaración de renta podemos explicar que: gasta más de lo que gana. Tanto es así que, en los próximos días, las tarifas de Disney subirán casi un 27% y les encimarán una guerra a las famosas cuentas compartidas.
El tema de fondo es que la economía mundial vive una contracción muy fuerte. Pero sin superar del todo el resfrío por las alarmantes tasas de inflación que tuvimos que soportar en la era pospandemia. Básicamente, el bolsillo de los consumidores no resiste un golpe más. Y, como siempre, cuando salen cocodrilos de los bolsillos y el trabajo escasea llega la hora de hacer recortes. Para infortunio de Disney, la gente prefiere hacer mercado que pagar por un mes de streaming.
Pasamos por uno de los peores escenarios: la estanflación. La recesión se marca en la dramática cifra del PIB (consumo) que no para de contraerse en todo el mundo, sumado a una inflación que sigue en dos cifras, eso sí sólo en Colombia. La pandemia comienza a pasar la factura. Tanta impresión de dinero (más que justificada) y tantas inversiones sin piso o techo se transforman en nubarrones gigantes.
Desde el mundo de la tecnología debe existir una reflexión en cuanto a las inversiones. Las empresas tecnológicas queman mucha plata. Parecen equipos de fútbol de Arabia Saudita. Y cuando se invierte sin tomar recaudos, la contracción puede ser muy dolorosa.