Con mucha paciencia y estoicismo, los colombianos esperamos el discurso de posesión del señor presidente electo Gustavo Petro Urrego, alocución enmarcada en una ceremonia bastante vistosa, supremamente concurrida y bien organizada, donde el nuevo mandatario expuso varios conceptos que trataremos de analizar de acuerdo al espacio asignado.
Lo primero que podemos comentar es el talante de la intervención y luego su contenido, pues nos pareció coherente y desprovisto de prevenciones hacia los diferentes sectores, tanto políticos como sociales. Con un tono más conciliador que conflictivo o complejo, poniendo énfasis e intensidad a una serie de reformas que no son novedades en sus planes, por haberlas expresado a lo largo de la campaña. Iniciativas como la reforma tributaria, su interés permanente por la paz y lograr terminar el conflicto, cumpliendo el acuerdo de paz y observando las recomendaciones de la Comisión de la Verdad; además enfatizó sobre el medio ambiente, haciendo un llamado muy especial por la recuperación de la Amazonía, al ser el pulmón más importante para el mundo en general.
La paz se convierte durante su intervención en el principal motivo de preocupación y reto permanente, especialmente por el futuro proceso de negociación que se debe adelantar con los protagonistas y actores armados, pero sin olvidar la delincuencia común, tan amenazante e implantada en nuestro medio, debido al grave problema social interno urgente de atender.
Otro tema de máxima importancia está contenido en la convocatoria continental a combatir el cambio climático, demandando un compromiso de los gobiernos y estados de Latinoamérica, pensando en un frente común hacia este asunto tan transcendental para el mundo, afirmando que Colombia no es un productor de sustancias nocivas en la proporción de otras naciones.
Si miramos hacia el narcotráfico encontramos al señor Presidente proponiendo una nueva política en la lucha contra las drogas que, de seguro, no será fácil presentar ni lograr aceptación por otras latitudes, que tienen un enfoque diferente de cara al problema. Hace nuestro mandatario un gran énfasis en la prevención antes que la represión, tocando un punto bastante álgido para la nueva administración, porque la tradición con el gobierno de los Estados Unidos es totalmente contraria.
Sin embargo, a lo largo de su discurso, el doctor Petro pregona una posición de diálogo, lo que de seguro nos llevará a debates profundos y cargados de conceptos enriquecedores para la toma de decisiones o acuerdos programáticos. Recordemos que nuestro Presidente ha sostenido que la lucha contra el narcotráfico como política, ya fracasó.
No podemos terminar sin llamar la atención sobre otra reforma que propone el nuevo mandatario, como es la de salud, tan anhelada por los colombianos que, si bien tiene algún cubrimiento, nunca es satisfactorio. Nos faltó espacio, pero deseamos éxitos.