El niño nonato es el futuro en nuestras manos, su vida es la responsabilidad de la madre que lo lleva en su vientre y del hombre que lo ha engendrado y, aunque muchos se nieguen a considerarlo así, es también la responsabilidad de la humanidad entera.
Sí; el niño nonato es responsabilidad suya y mía y debemos defenderlo por su total indefensión. No podemos hacernos los inocentes. Su vida depende íntegramente de todos.
El pasado 11 de marzo la Academia Nacional de Medicina (ANM), en un comunicado, enfrentó con razones científicas de mucho peso, la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto bajo cualquier circunstancia hasta la semana 24; entiéndase bien, la semana 24 es el sexto mes de embarazo.
Dicho contundentemente comunicado dice que la viabilidad fetal se alcanza en la semana 22 de gestación y a los 500 gramos de peso. Por eso el aborto de un nonato de mayor tiempo de gestación crea conflictos éticos y técnicos para los médicos por tratarse “de una gestación avanzada, con feto vivo, sano, que responde al dolor, que tiene expresión facial, que es capaz de escuchar, bostezar y patear”. Y continúa diciendo que, en esas circunstancias la interrupción de embarazo “obligaría a paralizar farmacológicamente el corazón fetal, lo que equivale a provocar la muerte de un ser que podría vivir independientemente de la madre con asistencia médica”.
Sinceramente, cuando leí esto sentí escalofrió y me invadió una inmensa tristeza y vergüenza por las mujeres que manifestaron su felicidad ante tal fallo, el cual equivale al asesinato de un niño, quizá su propio hijo, por el simple hecho de ser un inconveniente en sus vidas.
No creo que ninguna mujer que lea la descripción hecha por los médicos sobre un bebé de cinco a seis meses de gestación no se conmueva hasta el fondo de su corazón. Es un pequeño que siente dolor, que oye su voz, al que para poder abortarlo tienen que paralizarle el corazón con un fármaco. ¡Qué dolor, qué horror! Ninguna mujer u hombre puede ufanarse de la muerte de un bebé completamente formado.
Este nuevo fallo de la Corte Constitucional que despenaliza el aborto hasta el sexto mes de embarazo es la simple legalización del asesinato de un niño indefenso y, como tal, es un crimen atroz. ¿Acaso los magistrados, absurdamente, no consultaron a la ANM?
¿Cómo se atreven estos magistrados a sentar este criminal concepto? Fueron 5 hombres y solo una mujer los que votaron en favor de este horror. La mayoría de las magistradas 3 de 4 salvaron su voto con ponencias muy acertadas.
La ANM afirmó “en ninguna circunstancia el médico podrá ser obligado a ser el agente casual del aborto y para el efecto siempre será respetada la objeción de conciencia, para lo cual halla pertinente recomendar a los médicos que tengan en cuenta lo establecido en la ley estatutaria de salud (ley 1751 de 2015), que garantice la autonomía de los profesionales de la salud para adoptar decisiones sobre el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que tienen a su cargo”.
Debemos apoyar un referendo que dispute este atroz fallo de la Corte. Todos debemos repudiar este infanticidio; no hacerlo nos convierte en cómplices de un crimen.