La semana pasada el presidente electo Gustavo Petro comunicó al país que el futuro ministro de la Defensa será el Dr. Iván Velásquez Gómez y de inmediato se armó una polvareda desde diferentes sectores, algunos mostrándose de acuerdo con el nombramiento y otros no tanto, hasta llegar a los abiertamente discrepantes ante la designación, manifestando los unos y los otros, diferentes motivos muy valederos desde su óptica, para justificar su posición.
Se nos indagó por nuestra opinión y manifestamos que ante la libertad del señor Presidente para conformar su gabinete, los ciudadanos debemos asumir estos nombramientos y en el caso del Dr. Iván Velásquez sería saludable rememorar su trayectoria profesional, pues el país conoce las responsabilidades que en su vida profesional con solvencia ha encarado y está enterado de las posiciones del Dr. Velásquez frente a temas cruciales de diferente talante, debatidos en estadios nacionales e internacionales, que lo ubican claramente en el ambiente investigativo, fundamentalmente en defensa de los derechos humanos.
Al Dr. Iván lo conocí en Medellín cuando me cupo el honor de ser Comandante del Departamento de Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y el futuro Mindefensa se desempeñaba como Director Regional de Fiscalías, situación que nos permitió convenir varios temas de sabor profesional y me dio oportunidad de dialogar sobres nuestras múltiples responsabilidades, encontrando en el funcionario un hombre comprometido con su misión y preocupado por lograr objetivos que potenciaran la región, tan convulsionada en esos tiempos. Son antecedentes que nos dan pie para pensar que el Dr. Velásquez pondrá en esta oportunidad todo su empeño y constancia para cumplir tanto al país como al gobierno, con decoro, profesionalismo y compromiso. Será el garante de la operatividad y ejecutorias de la Fuerza Pública.
No podemos evitar hacer algunas consideraciones al nuevo ministro, quien por razón del cargo cambia totalmente de representación, porque pasa de investigador estrella a conductor de una de las carteras más importantes del gobierno, la que sostiene la gobernabilidad y democracia. Tendrá oportunidad de conocer muy de cerca el sentir de los hombres que componen la fuerza pública, su formación, filosofía y doctrina; será su defensor y representante ante el país y gobierno, asistirá al toque de silencio en muchas oportunidades, abrazara las familias enlutadas por el rigor del servicio, sufrirá los fracasos de operativos y alegrías ante el éxito, abrazara al secuestrado liberado, entenderá el dolor del comandante ante el subalterno herido, conocerá la historia de nuestras fuerzas y podrá, con solvencia suficiente, entender por qué la policía es blanco constante de armados ilegales al igual que participará en la inquebrantable lucha contra el narcotráfico y los carteles de la droga.
Por lo anterior, el Ministro como la Fuerza Pública, con activos y reserva, deben luchar por la paz