Fernando Navas Talero | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Junio de 2016

BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD

¡Guauuu!

 

PARA expresar  la sorpresa, ahora universalmente se acogen expresiones que resulta difícil interpretar literalmente. Simplemente se entienden de acuerdo a las circunstancias,  no sin dejar de observar que en el fondo significan todo o nada. “Guauuu”, se supone que es una imitación al lenguaje del mejor amigo del hombre,   utilizada para aprobar, desaprobar, celebrar, censurar, etc, y que para descifrar necesario es mirar la cara de quien así ladra o aúlla, apelar al lenguaje no verbal: ¿es una aprobación, una crítica de reproche, una manifestación de asombro, extrañeza o estupefacción? ¡Guauuu!

 

También exaltan los adjetivos con el prefijo “súper”, sumado a otro  calificativo frecuente: chévere. Por ejemplo, los políticos suelen ser “súper”, igual los ministros y magistrados. Ahora ¿súper qué? Depende del tema. Igualmente los futbolistas, los narcotraficantes, los guerrilleros, las leyes, en fin, todo es “súper”. Guauuu.

Todo este breviario moderno anodino es un “poco” generalizado,  “Ohh my god”.

 

Tan generalizado como los relatos que los periodistas suelen pedirle a sus entrevistados: “cuénteme un poco" que tiene que decir con respecto a su “áspero” descubrimiento?” Por supuesto que el televidente o radioescucha no comprende porque le preguntan siempre por “un poco” y no  lo "máximo" que al respecto pueda decir el interlocutor? -Guauuu-.

 

Además, lo “áspero” ahora no es lo desagradable, arisco o desapacible  a los sentidos. Todo lo contrario, aja: es maravilloso, admirable, de cierta manera, pues de otra manera podría ser muy “gonorrea”! Ohh my god!. De cierta manera, la gonorrea es un poco o de cierta manera una exclamación de  agraciado, valiente, simpático, o una chimba chévere, ¡marica!

 

Es esta confusión del lenguaje la que no permitió entender la advertencia presidencial de la semana pasada. Un lector me escribió: “Fernando cuando vi a Farcmanuel vocero de los terroristas amenazarnos con guerra urbana si no votamos por el sí, recién entendieron los citadinos de que se trata el juego, ese juego que yo conozco desde hace décadas”. Guauu, eres lo máximo.

 

Analizando un poco o de cierta manera ésta súper opinión, ajá, se deduce que hay muchos que quieren que “dejemos así” porque  la guerra resulta “chévere” para las abejas que siguen al “chalán del ubérrimo” interesado en armar la gorda sin importar que, en últimas, haga el oso con su “resistencia civil”, para insistir en la venganza por sus íntimas aberraciones

 

Pronosticar que si la paz no se logra continuará la guerra es una predicción lógica y elemental y, naturalmente, si el conflicto continua seguirán exigiéndose los impuestos destinados a sostenerlo. Pero claro, como este es un país de “calcetos” no hay porque alarmarse, el sentimiento de odio es una condición  evidente y será la causa íntima que se estimulará para promover el no al plebiscito, estrategia concebida para justificar la convocatoria a una asamblea constituyente y por ese camino buscar la reelección de los enfermos de poder. ¡Guauuu! “Ohh my god”.