GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GIILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Diciembre de 2013

Mes de alegría y problemas

 

Inveteradamente al terminar el año hacemos una serie de recomendaciones buscando motivar los ciudadanos a tomar medidas preventivas, que les permitan estar blindados contra   malhechores  y  embaucadores  que acechan  por esta época  a las personas de bien.

Es imposible dejar de lado estas recomendaciones, de manera que hoy  como en tiempos anteriores, les quiero rememorar   algunos  aspectos a  tener en cuenta, iniciando por la pólvora que tanto dolor  y lágrimas viene provocando  en  familias enteras, padres incautos   quienes pretendiendo festejar con sus hijos  la utilizan  como medio de celebración; muchas las prevenciones y muchos los oídos sordos evadiendo el control policial, que busca evitar su compraventa  clandestina; siguiendo  con el licor en los menores, quienes para  la época reciben el ejemplo de sus  mayores y se entregan a libaciones sin control, cayendo en excesos con funestas consecuencias como las riñas rumberas, arriesgando terminar envueltos en delitos a más de ser víctimas de maltratos, agresiones, ofensas e injurias, que alteran la tranquilidad hogareña y colectiva, este aspecto lleva implícita colateralmente, la conducción de vehículos en estado de alicoramiento, tema imposible de olvidar por estar hoy en el vórtice del tornado

Atención especial merecen los grandes centros comerciales donde la enorme  afluencia de público obliga ciertas medias de seguridad, destacándose las rutas de evacuación plenamente establecidas, identificadas y direccionadas por personal preparado e idóneo, sin olvidar los centros de primeros auxilios atendidos claro está, por profesionales de la salud.

Ahora pasemos a un asunto más gordo, y llamativo, las transacciones bancarias frente al fleteo, lluevo sobre mojado pero recordaré la operación fleteo. Primero, los observadores, hombres o mujeres encargados de detectar la víctima en el interior de banco, identifican clientes  atendidos con ciertas consideraciones o demoras, en cumplimiento de protocolos, como fotos, diligenciamientos de documentos especiales, y otros establecidos por la entidad, ante retiros de fuertes sumas de dinero. Segundo, viene el marcador, se trata del  compinche que marca la ropa del cliente valiéndose de cualquier artimaña, para facilitar la labor de los seguidores. Tercero, los seguidores entran a escena una vez reconocida la víctima y lo persiguen en motos de alto cilindraje apoyados por vehículos de refuerzo. Cuarto, tenemos los  operadores  o asaltantes (pueden ser los seguidores) quienes abordan las victimas con intimidación y brutalidad para proteger su integridad,  amedrentando los ciudadanos con golpes hasta lograr su propósito, despojarlos del dinero.

Como ven estamos ante una organización especializada en el delito, que cuenta con medios técnicos, como radios o teléfonos para comunicarse durante la maniobra, sobra decir que ante  presencia de fuerzas del orden, vías de escape y coartadas están plenamente acordadas. Las recomendaciones son constantes pero poco acatadas: haga sus transacciones en cheque o tarjeta, no vaya solo a retirar dinero, pida la compañía policial.