GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Octubre de 2013

Aranguren

 

Son gratas las noticias sobreMario Aranguren a quien se conoció fugazmente en sesión de la Comisión Segunda del Senado de la República.

Quien escribe fue reconocido por un antiguo subordinado del Ministerio de Hacienda, Aranguren ingresó al salón, nos presentó mi interlocutor e impresionó su  amabilidad. El propósito personal era la promoción de la internacionalización de la aduana con  (a) la adhesión al organismo mundial especializado, (b) la ratificación de los convenios multilaterales operativos auspiciados por el organismo citado y (c) la correspondiente restructuración; (a) se consiguió a plenitud, (b) en parte y fue significativo lo logrado en (c).

Manifiesta dudas el exfuncionario acerca de valer la pena vincularse al Estado y son evidentes los perjuicios financieros, incluyendo deuda adquirida para la defensa, la desprotección, el desprestigio; sin embargo, no parece consciente de una situación peor y frecuente: ser despedido con base en facultades discrecionales en que el afectado ignora las causas. En consecuencia, gracias a la modalidad utilizada, Aranguren pudo encauzar la acción legal. Al respecto, se estudiará la sentencia T-265/13, de la Corte Constitucional, relativa al reintegro del coronel José Javier Toro Díaz.

 Ahora se responde la duda crucial: el orden decreciente de preferencias laborales en el sector público, el ejercicio académico y la empresa privada por la inclinación a servirle a una masa informe llamada comunidad y ojalá esta tesis complazca a los simpatizantes de los antiguos romanos, aunque como se deduce del caso de Aranguren, envuelve peligros inmerecidos. No se desconoce el relieve de niveles distintos al público y, por ejemplo, el privado es el motor principal del desarrollo económico. Se ha impulsado la eliminación de las referidas facultades y su remplazo por la transparencia absoluta y no se explicará,  de nuevo, el reiterado fracaso en su promoción pero se confía en que haya avance apreciable en el largo plazo.

Aranguren cree en la justicia colombiana, pese a su lentitud, y elogia la gallardía de los órganos de control al rectificar y corregir actuaciones; hace público  agradecimiento a Óscar Iván Zuluaga y Alberto Carrasquilla. Conviene producir un informe que destaque la evolución del proceso, aciertos, equivocaciones, actores y el papel de los medios. Complace el cumplimiento de la máxima prioridad de la justicia: salvar al inocente y se espera que el exfuncionario sea reintegrado al Estado.