“Llevarlo a la práctica, lo difícil del Marco Fiscal”
Hizo bien el Ministerio de Hacienda dándole realce y publicidad al Marco Fiscal de Mediano Plazo- 2019 este año. Se trata al fin de cuentas del documento fiscal más importante que se presenta ante el país desde la expedición de la ley 819 del 2003. Y constituye una especie de enciclopedia sobre los más importantes asuntos fiscales de la agenda nacional.
Quien quiera entender la Hacienda Pública de Colombia a cabalidad debe necesariamente sumergirse en este enjundioso documento de más de 400 páginas que no solo analiza la coyuntura inmediata, sino que echa una mirada prospectiva sobre las finanzas públicas del país para la década siguiente.
Voy a referirme en este artículo (por razones de espacio) solamente a algunos aspectos generales del Marco Fiscal de Mediano plazo presentado por el Ministerio de Hacienda la semana pasada.
Lo primero que hay que comentar -y con razonable cautela, aplaudir- es que la visión de las finanzas públicas que queda luego de leer este documento es de relativa tranquilidad. No necesariamente de optimismo. Pero sí queda la sensación de que las finanzas públicas del país no están cayendo por un precipicio sin fondo.
Ahora bien: entre la tranquilidad que trasciende de su lectura y la realidad, queda naturalmente la brecha de un sinnúmero de medidas que se han tomado y que es necesario seguir desarrollando; otras que no se han adoptado aún; y quedan flotando no pocas preguntas que requieren aún de respuestas convincentes, para que el optimismo que trasluce el documento se traduzca en sólidas realidades.
El documento considera que la economía colombiana por un efecto que denomina de “rebote” crecerá 3,6% este año; proyección que no difiere sensiblemente de las presentadas por otros organismos: Banco de la República 3,5%, Banco Mundial y FMI también 3,5% y OECD 3,4%.
El documento se muestra muy satisfecho (quizás excesivamente) por la disminución del costo de capital empresarial que introdujo la última ley de financiamiento, lo que debe hacer aumentar la inversión privada en los próximos años, y los flujos de la Inversión Extranjera Directa (IED) que en el último trimestre mostraron un interesante incremento.
El objetivo de crecimiento económico anual promedio que el MFMP se traza para los años de la próxima década es del 4%: optimista naturalmente, pero más aterrizado que el 4,5% de que habla el Plan de Desarrollo.
Como cosa interesante hay que anotar que no está previendo nuevas reformas tributarias en lo que queda del gobierno Duque. Compromiso que de no cumplirse se lo cobrarán crudamente al gobierno.
La mejora fiscal esperada para los próximos años, que es modesta, se apoya en reducciones del gasto público (1,5% del PIB en 10 años), una mejor focalización del gasto (es decir, reducción de algunos subsidios distorsionantes), reducción de la evasión con medidas como la factura electrónica y modernización de la Dian, sustitución de pasivos de alto costo como el pago a tiempo de sentencias contra el Estado con TES, y ahorro del 0,7% del PIB con una reestructuración del Estado.
El gobierno recientemente logró que se le autorizara una mayor holgura en la regla fiscal, alegando los nuevos gastos que genera la llegada de inmigrantes venezolanos. Sin embargo, el MFMP mantiene para el 2019 la meta de un déficit del 2,4%; es decir, no se utiliza la autorización obtenida para trabajar con una regla fiscal más amplia. La deuda como proporción del PIB la proyecta estable para los años venideros: 2019, 51,5% y para el 2020, 49,9%.
Como medidas legislativas próximas, el Ministerio de Hacienda anuncia la presentación de una ley para modernizar el mercado de capitales, un acto legislativo para darle flexibilidad al sistema nacional de regalías, una reforma pensional que ahora se llama ley de protección a la vejez, y reformas a la tributación de entidades territoriales. El Ministro ha anunciado también que se pondrá en venta el equivalente al 10% de las participaciones estatales en empresas públicas, siendo la principal de ellas por supuesto Ecopetrol. Dura batalla política la que le espera.
El MFMP también está lleno de supuestos que, de no darse, derrumbarían las proyecciones fiscales. El caso más protuberante es el del fracking. Si este mecanismo no se pone en práctica se dejaría de percibir 600.000 barriles diarios y la no despreciable suma de 14 billones en un solo año (lo mismo que originalmente buscaba recaudar la ley de financiamiento); o sea, el marco fiscal se apoya en supuesto que aún están lejos de ser realidades tangibles. Y esa es quizás su mayor debilidad.
En síntesis: el MFMP constituye una mezcla de buenos propósitos y de metas ambiciosas. Ahora viene lo más difícil: llevarlo a la práctica. Para lo cual el gobierno requerirá de una gran muñeca política pues buena parte de las medidas anunciadas dependen del Legislativo. ¿Existe esa muñeca política en el actual gobierno?